viernes, diciembre 6, 2024

OTRAS INQUISICIONES: “Peste negra”

Pablo Cabañas Díaz

Desde la antigüedad tenemos referencias en los textos sagrados de grandes plagas devastadoras que fueron vividas como castigos divinos. La peste es invocada en el Apocalipsis de San Juan a cuyo cuarto jinete “le fue dada potestad sobre las cuatro partes de la tierra, para matar con espada, con hambre, con peste, y mediante fieras de la tierra”. En la Ilíada, Homero menciona enfermedades similares a la peste. Describe un fenómeno que posteriormente los médicos observaron en diferentes ocasiones sin poder explicar: la “muerte negra” propagada en lugares densamente poblados, en los cuales había gran cantidad de ratas. A principios del siglo XIV, en Europa, el norte del África y el cercano Oriente, la población llegaba a los 100 millones de habitantes. Pero en cuatro años de 1348 a 1352 la cuarta parte murió víctima de una enfermedad que se extendió por diversos territorios, matando a la mayoría de los que tuvieron la mala suerte de padecerla. El mal acabó con el crecimiento poblacional que había caracterizado la evolución de la sociedad medieval. Europa sufrió la pérdida de unos 20 millones de personas debido a la peste. El agente infeccioso de esta enfermedad fue el bacilo Yersinia pestis, Esta bacteria acabó con la vida de más de 200 millones de personas. Durante el periodo de la peste negra, las gentes solían atribuir el mal a combinaciones astrológicas desfavorables o a aires o vapores pútridos llamadas “miasmas. Algunas percepciones achacaron la enfermedad a un envenenamiento provocado por brujos. Las ciudades se despoblaron, se perdieron las cosechas y apareció el hambre y la desesperanza. En Caen y en Ruan, las dos principales ciudades de Normandía, la peste negra causó la mortalidad de casi el 50% de la población. París no escapó de su suerte. Durante los meses de mayor crisis: noviembre y diciembre, perecían 800 personas por día. La peste se difundió por Bruselas y Amberes, gran parte de su gente agonizaba en medio de terribles dolencias. Aún Escandinavia, en algunas regiones falleció más del 50% de la población total. Así lo lamentaba Magno II de Suecia: “Dios, por los pecados del hombre, ha dado al mundo este gran castigo de muerte súbita. Por Él, la mayoría de nuestros conciudadanos han fallecido”. Entre los años 1349 y 1350 la peste se introdujo en Alemania azotando con especial crueldad el norte del país. Los cronistas hablan de 10 mil muertos. En los países de habla alemana desaparecieron, en sólo cuatro años, unos 200 pueblos y pequeñas localidades. Inglaterra, observó con angustia como los cementerios se llenaban, hasta el punto de tener que enterrar sus muertos en una fosa común, fuera de los muros de las ciudades. La muerte negra llegó a Londres desde el 2 de febrero de 1348 hasta finales de la primavera de 1350. El balance fue desastroso: falleció el 50 por ciento de su población.

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