miércoles, abril 16, 2025

OTRAS INQUISICIONES: Marta Harnecker

Pablo Cabañas Díaz.

Marta Harnecker, falleció el pasado 15 de junio a la edad de 82 años. La destacada intelectual estudió Psicología en la Universidad Católica de Chile en 1962, para posteriormente formarse intelectualmente en Francia con la guía de grandes pensadores como Louis Althusser y Paul Ricoeur.

A lo largo de su carrera, la también profesora de Materialismo Histórico y Economía Política en la carrera de Sociología en la Universidad de Chile, publicó más de 80 libros, entre los cuales destacan Conceptos Elementales del Materialismo Histórico” (1968), “El Capital: Conceptos fundamentales” (1971) y “Cuba: ¿Dictadura o democracia?” (1975). Harnecker  vivió en Cuba,  donde pasó los últimos años de su vida junto a su esposo Michael Lebowitz.

El discurso teórico-político de Harnecker se estructuró en torno a una trilogía conceptual, compuesta por el Estado, el Partido Político y las Masas Populares. En este entramado, el rol central era adjudicado al Partido Político como articulador de las otras dos categorías, puesto que él tenía como función principal conducir a las masas populares a la conquista del Poder Político y transformar el Estado para generar condiciones más favorables en la lucha por el socialismo. Todo se sustentaba en la idea tradicional del marxismo de una sociedad de clases en conflicto, que en el capitalismo se manifestaba en el enfrentamiento entre burgueses y proletarios, y donde los Partidos Políticos eran las vanguardias de dichas clases.

De tal modo, para Harnecker, “la expresión más completa de la lucha de clases es la lucha de los partidos políticos –que representan siempre los intereses de una clase determinada.”  Siendo la lucha política la instancia vital para transformar o para conservar determinadas relaciones sociales. Asimismo, las organizaciones sociales de las masas populares constituían un espacio parcial de lucha, una instancia menos profunda que la dimensión ocupada por los Partidos Políticos.  Esto se basaba en una noción que caracterizaba a la corriente del filósofo francés Louis Althusser, a saber: “en las sociedades de clases, lo jurídico-político está asegurado por un aparato autónomo: el Estado que monopoliza la violencia legítima y cuya principal función es mantener las relaciones sociales existentes”. Según la autora, esta situación explicaba una de las tesis fundamentales del marxismo, que “el Estado es un instrumento de presión de las clases dominantes sobre las Clases oprimidas”

Era a través del Estado y de “la toma del poder político por la clase obrera o por la clase obrera y sus aliados crea las condiciones que permiten establecer las relaciones de producción socialista y las nuevas relaciones ideológicas que permitirán un pleno desarrollo de las fuerzas productivas, base necesaria para el establecimiento final del comunismo”. Lo que conducía a comprender que el proletariado debía apoderarse del poder político, construir un Estado y utilizarlo para constituirse en clase dominante y con ello crear un contexto que permitiera iniciar el tránsito efectivo al socialismo. Una visión de la realidad que estuvo presente en América Latina en los años 70 del siglo pasado.


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