jueves, abril 25, 2024

OTRAS INQUISICIONES: La Utopía de Peña Nieto

Pablo Cabañas Díaz.

El PRI inició el sexenio 2012-2018, con el control de 65.2% de los estados, y la recuperación de entidades como Zacatecas, Michoacán y Jalisco, pero ese poder volvió a descender a 19 gubernaturas, es decir, el mismo nivel que en el año 2000.

Un hecho relevante, que se encuentra ausente en el discurso de los priistas es que  dejaron de gobernar a un total de  11.89 millones de mexicanos, lo que representa una pérdida del 20 % en números redondos. En la actualidad, existe un padrón electoral nacional de 82 millones 359,091 ciudadanos registrados.

El PAN,  gobierna a 18 millones 452,826 ciudadanos. El PAN hoy tiene más gobiernos estatales, y un padrón electoral más robusto: Chihuahua, Puebla, Tamaulipas y Veracruz. La derrota del PRI  en Veracruz, significó la perdida de un padrón de cinco millones 689,637 ciudadanos inscritos. Por hacer una comparación, la Ciudad de México cuenta con una lista de siete millones 513,094 personas, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) con corte al 3 de junio de 2016.

El estado  más importante por su padrón en poder del PRI es Oaxaca, con 2 millones 805,203 ciudadanos inscritos. Hidalgo y Sinaloa,  tienen, cada uno, poco más de dos millones de ciudadanos registrados. Los bastiones priistas, se reducen a Campeche, Coahuila, Colima, Hidalgo y Estado de México. Pero hay un grupo de cinco entidades que suman ya varios sexenios de negarse a volver a ser gobernados por el PRI, como son Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Morelos y Chiapas, pues si bien lo gobierna un partido aliado, lo cierto es que no son las siglas del PRI las que tienen el poder del estado, sino el Partido Verde.

Hoy  el PRI tiene la calificación más baja otorgada por sus gobernados a un presidente en funciones en los últimos tres sexenios, ya que el nivel más bajo obtenido por el Presidente Vicente Fox fue de 41% en calificación negativa, mientras que el Presidente Felipe Calderón en su nivel más bajo, obtuvo una calificación negativa de 38%, en ambos casos la imagen presidencial cayó cerca al tercer año de gobierno

El PRI enfrenta un grave deterioro en la percepción ciudadana casos como el Javier Duarte y otros ex gobernadores que han saqueado  los  recursos y un estrecho margen de tiempo para trabajar en la reconstrucción de ese instituto político.

Este año, Enrique Peña Nieto deberá mostrar a su candidato presidencial porque, como expuso el pasado 27 de noviembre de 2016, en la sede nacional de su partido, “estará en juego todo lo que hemos construido”. Es decir, el presidente buscará un candidato que  garantice  la continuidad de su gobierno para que sus reformas sigan vigentes, y para lograr este objetivo transexenal se necesita de una extensión de seis años más (2018-2024), pero en realidad lo que busca es  alcanzar otro propósito mayor: ser recordado como el estadista que modernizó a México y que su gobierno no sea ni diluido ni borrado por su sucesor. Sí, adivina usted es el mismo sueño  al que aspiró en su momento Carlos Salinas de Gortari.

Artículos relacionados