Pablo Cabañas Díaz.
Luis Nishizawa Flores (1918-2014)), fue un pintor y muralista mexicano que tuvo una importante presencia en el siglo XX. Su origen fue japonés por el lado de su padre y mexicano por su madre. Estas raíces de pueblos ancestrales, fueron un factor determinante en su pintura. Su formación artística se inició en 1942, año en que ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas en la Ciudad de México, antes conocida como la Academia de San Carlos, en un momento en que la corriente de la pintura mural de fuerte acento nacionalista se encontraba en su apogeo. Durante los cinco años que estudió tuvo distinguidos maestros como Julio Castellanos, José Chávez Morado, Alfredo Zalce y el refugiado español Antonio Rodríguez Luna. A Castellanos le debe la mesura en la composición y la delicadeza en el trazo del dibujo; a Zalce y Chávez Morado, su interés e identificación con el muralismo de contenido ideológico; en tanto que a Rodriguez Luna, su tendencia hacia el abstraccionismo.
En 1958 fue seleccionado entre los cinco artistas más sobresalientes de la Bienal Internacional de Tokio.En el seguimiento de una de sus raíces se puede inscribir el afán de Nishizawa por acercarse a las manifestaciones artísticas de Japón. En 1963 estudió grabado en metal con los grabadores japoneses Yukio Fukuzawa e Ichikowa. En 1964 viajó por primera vez a Japón, en donde aprovechó y tomó un breve curso de grabado en madera en el Centro de Artistas Japoneses. En México practicó el Taku Hon con el artista japonés Toneyama en los relieves -lápidas, dinteles y jambas- prehispánicos de la zona maya. Estos Taku Hon, que significan mano-piedra-libro, se obtienen en China y Japón al presionar un papel especial o seda fina, sobre los relieves de las lápidas y de las tumbas antiguas, con las “muñecas” que se usan para tal fin.
En 1987 realizó en Toluca para la biblioteca del Centro Cultural Mexiquense, un mural en cerámica en el cual recurrió a los antiguos libros prehispánicos y códices; y el mural El lecho del Universo con relieves en piedra sobre un muro ligeramente curvo en el Museo de Arte Moderno, del ya citado Centro Cultural Mexiquense. En ese año también realizó un vitral en el Archivo General del Estado de México, en Toluca. En 1988 realizó un mural al óleo sobre tela en la Procuraduría General de la República, en la Ciudad de México. La imagen del hombre (1992), en la Secretaría de Educación Pública, y La justicia (2010) en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En paralelo a su creación artística Luis Nishizawa siempre estuvo comprometido con la educación. De 1955 a 2003 laboró como maestro en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Además estuvo siempre impartiendo clases y talleres. En 1992 se inauguró el Museo Taller Luis Nishizawa en Toluca. Fue creado en reconocimiento por su trabajo creativo, así como su trabajo como profesor de arte. La institución funciona como museo y taller, así como centro de documentación sobre el artista para investigadores y público en general. Su función principal es preservar y promover las obras del artista y contiene alrededor de 800 obras en varios medios. Cuenta con siete salas para exposiciones temporales, una biblioteca y espacios para conciertos, conferencias y talleres de cerámica, grabado y dibujo.