viernes, abril 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Grandes maestros: Ignacio Bernal

Pablo Cabañas Díaz

 

Ignacio Bernal y García Pimentel (1910-1992), es considerado uno de los pilares de la arqueología mexicana del siglo XX y responsable de su proyección en el plano internacional. También se destacó como académico, gestor cultural y formador de varias generaciones de arqueólogos. Algunos de los puestos que ocupó fueron: director del Departamento de Antropología en el Mexico City College (1948-1959), secretario general (1954-1955) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), director de Cooperación Intelectual de la Secretaría de Educación Pública (1955), consejero cultural de la embajada de México en Francia (1955-1956), delegado de México ante la UNESCO (1955-1956), director de Monumentos Prehispánicos (1956-1958), subdirector general (1958-1968) y director general (1968-1971) del INAH, director del Museo Nacional de Antropología e Historia (1962-1968 y 1970-1976) y presidente de la Comisión de Monumentos (1968-1971).

Su trabajó se dedicó a exponer los orígenes, el desarrollo y el fin de las culturas prehispánicas de Mesoamérica. Dentro de este proyecto, Tenochtitlán en una isla (1959, 1972) es una de las síntesis más afortunadas sobre el tema; y también lo es el capítulo inicial que escribió para la Historia mínima de México (1973), que tuvo la exigencia de exponer con brevedad, “única y exclusivamente lo que consideramos el cauce central de nuestra historia”. Esbozó en  varios trabajos  los primeros trabajos sobre  la cerámica de Monte Albán, en cuya exploración participó al lado de Alfonso Caso. A lo largo de diez años, Bernal compuso la excelente Bibliografía de arqueología y etnografía de Mesoamérica y el norte de México (1962), inspirada en la obra clásica de su ilustre antepasado, Joaquín García Icazbalceta, la Bibliografía mexicana del siglo XVI (1886). La correspondencia de García Icazbalceta con Nicolás León (1982) y con el historiador estadunidense William H. Prescott (1984) fue recopilada y estudiada por Bernal. El mundo olmeca (1968) es una monografía que acopia y organiza el cúmulo de investigaciones y teorías y propone una visión unitaria acerca de esta “cultura madre”.  Su último libro, titulado: Historia de la arqueología en México (1979), es una notable síntesis, escrita con erudición y amenidad. El capítulo final se llama “El triunfo de los tepalcates (1910-1950)”, o sea “el triunfo de los arqueólogos de campo sobre los de simple gabinete, que prevalecían antes de 1910”.

Por sus investigaciones y aportes a la arqueología fue distinguido con premios tanto nacionales como internacionales. Entre los primeros debemos destacar el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la rama de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía en 1969. Perteneció a instituciones como El Colegio Nacional, la Sociedad Mexicana de Antropología, la Academia Mexicana de la Lengua y la Academia Mexicana de la Historia, en donde sus palabras de ingreso fueron respondidas por un destacado miembro: don Alfonso Caso. En el extranjero se le galardonó en países como Inglaterra, Alemania Federal, Francia, Senegal, Holanda, Italia y en otros más que vieron en Ignacio Bernal a un hombre de ciencia dedicado a la arqueología, además de que obtuvo reconocimientos de universidades e instituciones en las que dictó cátedra, dando así una amplia difusión a las culturas del México antiguo. Falleció en la Ciudad de México el 24 de enero de 1992 y su aporte a la arqueología y a la historia, así como sus cualidades de honestidad científica y generosidad, siguen siendo apreciadas.

Artículos relacionados