viernes, abril 19, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Felipe Calderón: Embajadores incomodos

Pablo Cabañas Díaz

La hipocresía de Felipe Calderón llega  no tiene límite cuando afirma que el escándalo  protagonizado por el robo de un libro por parte del embajador en Argentina, Ricardo Valero contribuye a la “estigmatización” que existe de los mexicanos alrededor del mundo, a quienes según él se les ve como “flojos y deshonestos”. Estas expresiones de Calderón se dan justo cuando el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, ordenó el regreso de Valero a México. Incluso, la Cancillería indicó que de comprobarse la veracidad del video, el funcionario sería separado de su cargo inmediatamente:

A raíz de este hecho bochornoso,  recordamos otro escándalo, que el gobierno de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto decidieron mantener oculto. Se relaciona con el embajador Arturo Trejo Nava que traficaba con la venta de bebidas alcohólicas, aprovechándose de su condición de diplomático. Por casi una década la embajada de México en Arabia Saudita fue una licorería. En diciembre de 2017 el columnista de El Universal, Salvador García Soto consultó el expediente de una investigación en contra de Trejo Nava, realizada por el Órgano Interno de Control (OIC) de la Secretaría de Relaciones Exteriores. La investigación tuvo como resultado que fuera suspendido de cualquier representación diplomática. Le fue bien después pues en los países musulmanes traficar con alcohol o drogas se castiga con cárcel, castigos corporales como latigazos e incluso ejecución pública. Trejo Nava, al momento de la investigación se desempeñaba como embajador en Rumania.

Este diplomático tuvo total impunidad y generó una cuantiosa fortuna. Valiéndose de la ley internacional que le permitía consumir alcohol en la embajada para eventos especiales, mandó traer contenedores enteros de botellas de unos 20 dólares que llegó a vender hasta en 200 dólares cada una, lo que le supuso una fortuna durante tantos años.

En enero del 2016, Enrique Peña viajó a Arabia Saudita para reunirse con el rey Salman bin Abdulaziz, a quien concedió la orden del Águila Azteca y felicitó por su labor de gobierno. Todo esto mientras el embajador mexicano en Arabia continuaba operando con éxito su licorería, abusando de su cargo y a sabiendas de que todo el procedimiento era ilegal. La sanción fue escueta y “dura”: “fue suspendido de cualquier representación diplomática”. Relaciones Exteriores, después de varios años de haberse dado a conocer este hecho, no ha emitido declaración alguna sobre la investigación que se llevó contra el ex embajador en Arabia Saudita. Tampoco hubo una declaración oficial que certifique alguna pena o sanción de quien fuera nombrado embajador en Arabia  durante el gobierno de Felipe Calderón y fuera ratificado en el cargo por el presidente Enrique Peña. Lo cierto es que  Trejo Nava no tuvo  sanción alguna después de años de corrupción y abuso de autoridad.

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