jueves, abril 25, 2024

OTRAS INQUISICIONES: Facultad de Ciencias Políticas: Ciencia y praxis

Pablo Cabañas Díaz

El evento oficial del 70 aniversario de la fundación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, fue presidido por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers y por su directora, Carola García Calderón. Han transcurrido 70 años desde que la Facultad inició, como Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales. Sus primeras actividades, docentes tuvieron lugar el 9 de julio de 1951. La ceremonia de apertura de cursos fue, el día 25 del mismo mes y año. Asistieron a ese evento, entre otras personalidades, el rector, Luis Garrido; Samuel Ramos, director de la Facultad de Filosofía y Letras; José Ángel Ceniceros, quien meses después sería designado, Secretario de Educación Pública; el director de la naciente escuela, Ernesto Enríquez Coyro; y el secretario de esta, Jesús Rodríguez y Rodríguez, así como profesores y estudiantes.

En esa ceremonia fue marginado Lucio Mendieta y Núñez, quien había estructurado los planes de estudios y su relación con las otras instancias universitarias. Enríquez Coyro, tenía que poner en marcha los planes de estudio, pero no había estado en los trabajos preparatorios, y no tenía los conocimientos para poder realizar ese proyecto. Aducía ser abogado de la Escuela Libre de Derecho de la ciudad de México, pero en realidad venía de una institución con nombre similar, pero del estado de Puebla. No había tenido contactos previos con la diplomacia, sino que había trabajado en la Secretaría de Relaciones Exteriores en cargos menores y en la Escuela de Música de la UNAM. Cuando se le pidió explicar por qué se le había elegido para el cargo daba dos argumentos: los años que había pasado representando a la Escuela de Música en el Consejo Universitario y su experiencia docente en los cursos de verano para extranjeros…

Si bien, no conocía el plan de estudios, desde el principio se dedicó a modificarlo por su animadversión contra Mendieta y Nuñez. Enriquez Coyro, había sido parte del grupo de Vicente Lombardo Toledano que demandaba en los años treinta una “educación orientada hacia los problemas sociales mexicanos“. Fuera de esa consigna y de su relación con Lombardo Toledano, no tenía l experiencia menos los conocimientos para liderar un proyecto como el que se iniciaba. Una faceta poco conocida es su formación profesional en el campo de la música. La revolución le hizo perder a su padre su fortuna, pero su familia tuvo acceso a los negocios con el petróleo, y de nuevo tuvo éxito económico. Así, Enriquez Coyro se pudo dedicar a la música. Daba clases de Historia de la Música y de Estética Musical en el Conservatorio. En 1930, se incorporó a la Universidad como profesor de Historia de la Música, en la Escuela Nacional de Música, al año siguiente funda la cátedra de “Estética Musical”.

Enríquez Coyro cuando dimitió, en su breve paso como primer director, dejó dos cosas: el haber rentado una casa en la colonia San Rafael, y un ciclo de conferencias sobre la “realidad nacional”. Pero su legado intelectual llega hasta nuestros días, tenía la idea de que la política era “praxis”, y creía que los libros pueden enseñar ciertos fundamentos, pero la política estaba en las relaciones humanas, lo que después, en el ambiente estudiantil, se llamó la “grilla”.

La nueva institución sería un espacio para la “praxis. Se buscaba formar a los futuros funcionarios de la administración pública. Los alumnos no serían lo que hoy conocemos como politólogos; por eso, se mantuvo la separación entre la enseñanza en la nueva escuela y la investigación en el Instituto de Investigaciones Sociales. Pronto, las ideas del director tuvieron éxito en la figura de Moisés Ochoa Campos, el primer alumno que se tituló de la carrera de ciencia política y quien también participó como representante estudiantil ante el Consejo Universitario. Ochoa Campos como estudiante era militante del Partido Revolucionario Institucional, y siendo estudiante trabajó en la Jefatura de Prensa y Propaganda, entre cuyas tareas tenía la edición de La República, el órgano oficial de ese partido.

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