Pablo Cabañas Díaz
Ermilo Abreu Gómez (1894-1971), fue autor de un rico conjunto de apuntes críticos sobre cuestiones literarias antiguas y modernas y de un acucioso estudio sobre Martín Luis Guzmán. Sus mayores aciertos como narrador fueron los temas indigenistas. “Héroes mayas” (1942) se compone de tres relatos entre los que “Canek” sobresale por su estilo transparente y lírico, que le ha valido un gran número de ediciones. Además de expresar el alma de su pueblo con una emoción perdurable, “Canek” está escrito artísticamente desde una posición de crítica social, con lo que logra fijar unas páginas de viva importancia en la historia de nuestras letras. Jacinto Canek, el personaje principal, se convierte en cabeza de la sublevación del pueblo que pretende recuperar, por medio de la lucha, su dignidad. Este pequeño libro deja en el lector una huella honda. Escrito con sencillez, con palabras directas, claras y precisas . No sé qué recuerdo con mayor gratitud de la ya remota lectura de estas páginas: la claridad del estilo la penetrante emoción del relato, el sentimiento de justicia, que promueve, el amor al débil, de oído al poderoso e injusto; todo contribuye a despertar en el lector al ritmo de la lectura, una conciencia; a hacerlo que se dé cuenta de que la tiene y de que sirve para algo. Abreu escribió Canek, inspirado por “la moral y la justicia”, expone de diversos acontecimientos, de su tiempo y del mundo al que le dedicó la obra, cuyo objetivo era, entre otras cosas, relatar la historia de la sublevación de los mayas y la revelación de las causas, antecedentes y sus orígenes históricos. “Canek”, rescata, el pasado guerrero de los mayas, las grandes hazañas de los mayasy para consignar el contexto histórico de la sublevación maya. Ermilo Abreu nos dejó una herramienta de consulta para todos los niveles educativos que deseen investigar, escribir acerca de la cultura maya, sus costumbres mortuorias , la gastronomía, también de la olvidada sublevación indígena dirigida por Jacinto Canek, a favor de lo que en el siglo XXI llamaríamos los derechos humanos de los pueblos originarios.