jueves, abril 25, 2024

OTRAS INQUISICIONES: El legado del Partido Comunista Mexicano

Pablo Cabañas Díaz

¿Por qué mirar de nuevo al Partido Comunista Mexicano? Si su desaparición ocurrió en 1981 en el marco de un sistema político diferente al de nuestros días, con un entorno institucional distinto y con una distribución del poder que se ha transformado sensiblemente en los años que han transcurrido desde entonces.

Desde hace 38 años, una parte importante de las izquierdas mexicanas  hizo suyas  abiertamente a las reglas democráticas, y en buena medida la unificación de las izquierdas estuvo marcada por el propósito de obtener los mejores resultados posibles en la elección presidencial que tendría lugar en 1982.  La izquierda aceptaba la lucha electoral, la disputa de las ideas en el Parlamento, y la idea de una sociedad basada en el cambio democrático y en elecciones libres de fraudes.

A lo largo de su historia, el PCM hizo varios cambios en su bagaje ideológico que contribuyeron a modelar su participación en el sistema político del país. En ese recorrido, la ideología jugó un papel fundamental.

El PCM abandonó la idea de que la revolución mexicana era el vehículo para arribar al socialismo, lo que resultó en el retiro del apoyo que el partido había brindado al régimen del PRI durante décadas. También  su aceptación de la vía electoral como forma de acceso al poder- Otro aspecto sustantivo fue el de valorar la vía parlamentaria como una alternativa viable para la expresión de las posiciones políticas de la izquierda mexicana.

A partir de los resultados de las elecciones de  1979, coexistieron siete fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados. Este hecho sin duda contribuyó a dinamizar el debate entre las diversas fuerzas políticas en cuyas manos estaba depositada la representación nacional.

Ese pluralismo también comenzó a rendir resultados inmediatamente. En la elección de 1979, el PRI perdió diez puntos porcentuales respecto a la elección anterior, porcentaje que encontró acomodo entre los partidos de oposición, viejos y nuevos. Una ventaja más de esta situación fue que la visibilidad de los asuntos políticos -incipiente, si se quiere- fue alentada por este escenario y a partir de entonces se quedaría entre nosotros.

La participación de la bancada de la Coalición de Izquierda, a pesar de estar confinada a una permanente minoría, se hizo notar por su calidad argumentativa y por poner en jaque a algunos miembros del partido oficial en más de una ocasión. El grupo parlamentario de la Coalición de Izquierda impulsó las siguientes iniciativas: a) propuesta de escala móvil de salarios; b) reforma fiscal progresiva para gravar a los grandes capitales; c) una nueva ley de amnistía, porque con posterioridad al ingreso de los comunistas en la Cámara, aún permanecían algunas personas en prisión acusadas de delitos; d) una ley para impedir la requisa; e) maternidad voluntaria; f) creación del Instituto Nacional para la Rehabilitación y Educación del Invidente.

Independientemente de que el conjunto de sus iniciativas no fueron aprobadas, éstas nos muestran los intereses programáticos y discursivos que cruzaron el quehacer de los comunistas en la Cámara. Algunas de estas iniciativas no volvieron a ser presentadas y otras más, como el caso de la maternidad voluntaria, rendiría frutos varios lustros después de su primera incursión como proyecto de ley, si bien en un ámbito legislativo distinto.

En 1980, se agudiza la disputa entre los renovadores y los dinos, como los primeros bautizaron a los miembros de! Comité Central del partido por el prolongado tiempo que habían permanecido en la dirigencia, marcó al partido hasta sus últimos días. La propuesta de los renovadores  incluía la modificación de algunos rasgos de la vida del PCM, los renovadores ponían el acento en el hecho de que el partido sería posible únicamente si en su interior se daban condiciones democráticas mínimas. Los renovadores reivindicaban el derecho a la información; libertad de comunicación entre todos los organismos del partido; respeto a las corrientes de opinión; limitación de las atribuciones de la Comisión Ejecutiva, entre otras cosas. Los puntos arriba mencionados nos muestran el grado de concentración de las decisiones y la ausencia de reglas democráticas al interior del partido.

El hecho de que estuvieran solicitándose estos  derechos nos  muestra de lo que se vivía al interior del PCM. La burocracia del partido reclamaba para sí los derechos que negaba al conjunto de los miembros. Los dinos publicaron un panfleto titulado: “En la defensa de la política del PCM”, en el que además de negar las acusaciones sobre dogmatismo, se instituyó la idea de que los renovadores se rehusaban a aceptar que los avances del PCM fueron el resultado de decisiones adecuadas.

Vale la pena destacar la actitud independiente y crítica del PCM ante consignas internacionales y la búsqueda de la mexicanización del intento de construcción de un partido con influencia en toda la sociedad; la política amplia de alianzas con todas las fuerzas democráticas y populares. Los resultados, finalmente, son representativos de lo que habría ser el avance de las izquierdas en el siglo XXI.

Redacción/dsc
Redacción/dsc
Periodista en crecimiento; siempre buscando algo que contar.

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