Pablo Cabañas Díaz
La cuarta ola de la ultraderecha se inició hacia el año 2010 y llega hasta la actualidad. El predominio de la nueva derecha, a la que hay que llamar extrema derecha 2.0, porque uno de sus principales rasgos es su capacidad de utilizar las nuevas tecnologías, sobre todo en lo que respecta a la propaganda política. Los partidos de ultraderecha han dejado de ser marginales. Un ejemplo de esto último, es la irrupción electoral de Javier Milei en Argentina cuando faltan poco más de cinco meses para las elecciones generales. En Estados Unidos, la extrema derecha se ha convertido en la ideología dominante de un poderoso sector del Partido Republicano. Vladimir Putin, es admirado por gran parte de la extrema derecha del mundo actual, pese a haber perdido cierto lustre a raíz de los reveses militares en Ucrania. En Europa, la ultraderecha, con sus discursos contra la migración, ha seducido a cada vez más votantes, hartos de la política tradicional. Giorgia Meloni es la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro de Italia al frente del gobierno más derechista del país desde la Segunda Guerra Mundial. El presidente de Hungría, el nacionalista Viktor Orban, obtuvo una cuarta reelección consecutiva. Otro político de derecha radical es el primer ministro polaco, Mateuz Morawiecki. Suecia sorprendió en sus elecciones legislativas al darle una inédita victoria a un bloque de partidos de derecha y ultraderecha. En España Vox ocupa cada vez más espacios, con sus discursos contra la migración y la llamada “ideología de género·” —es decir, del feminismo y la defensa de los derechos de las minorías LGBT+. En Chile, el Partido Republicano fundado apenas en 2019, una formación de extrema derecha, arrasó en las elecciones por el Consejo Constitucional que redactará una nueva propuesta de Carta Fundamental. Esta “nueva derecha” se caracteriza por varios rasgos que comparten todos los partidos políticos que la componen. Son populistas, antielitistas, xenófobos y antiinmigrantes. La mayoría de estos partidos, han logrado enviar diputados a sus respectivos parlamentos. Poco a poco va aumentando su atractivo electoral, al tiempo que van abandonando sus posiciones radicales, moderando sus propuestas y suavizando su discurso. Los partidos de extrema derecha se encuentran representados en los parlamentos nacionales de todos los países de la Unión Europea. En Centroamérica, Nayib Bukele, ha capturado a más de 60 mil pandilleros y cierra el cerco contra sus liderazgos. En El Salvador, se han cometido abusos a gran escala, que incluyen hacinamiento extremo, violaciones del debido proceso, falta de garantías, detenciones masivas y muertes bajo custodia. Miles de personas, incluidos cientos de menores, han sido detenidos y procesados por delitos definidos de manera amplia que violan las garantías básicas del debido proceso. Las tendencias mundiales y regionales de la extrema derecha crecen . Desde Donald Trump en Estados Unidos hasta Viktor Orbán en Hungría a Recep Tayyip Erdoğan en Turquía, o Nayib Bukele populistas de derecha con inclinaciones autoritarias más o menos evidentes, triunfan en las elecciones recientes. En América Latina, región que rara vez se resiste a las modas globales, empieza a prosperar la extrema derecha 2.0, Argentina y Chile ejemplifican este cambio .