Pablo Cabañas Díaz
En 2017, en un lugar llamado Aguada Fénix, en el estado de Tabasco, un grupo de científicos descubrió recientemente la que se cree es la construcción monumental más antigua jamás encontrada de la civilización maya. Y la más grande -hasta ahora- en toda la historia prehispánica de la región. “Fuimos a esta área buscando asentamientos primitivos, pero nos sorprendió encontrar este enorme sitio en esta etapa temprana de la civilización maya. Takeshi Inomata, profesor de la Universidad de Arizona y Daniela Triadan, de la Universidad de Arizona, con autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezan el equipo que descubrió el sitio nombrado, luego de tres años de investigaciones dan ahora a conocer sus hallazgos.
El sitio arqueológico se encuentra cerca de la frontera con Guatemala, en un área habitada que no es selva, en la cual hay ganadería y siembra, pero había pasado desapercibido porque la plataforma es tan grande y plana que parece ser parte del paisaje natural, una loma o un cerrito.
Al ser tan grande la plataforma, hay personas que tienen ranchos sobre ella, un potrero o ganado. Los dueños de los terrenos ni siquiera se habían dado cuenta de que estaban sobre algo que fue construido por el hombre y tan antiguo. Se trata de la estructura monumental maya más antigua, después de la de San Lorenzo, que se encuentra en área olmeca, en el poniente de Veracruz.
En Aguada Fénix hay un entierro, probablemente una ofrenda de construcción, además de que en cada etapa constructiva hay otras pequeñas ofrendas de vasijas. Además, la plataforma tiene una peculiaridad, pues el relleno para elevarla es único en la zona. La ocupación del lugar detectada por los investigadores es de entre el año 750 y el 1000 antes de nuestra era.
Es importante enfatizarlo porque estamos hablando de la época del origen y primeros desarrollos de los grupos mayas y, en este caso, de su interacción con grupos olmecas. Por eso es difícil decir si los constructores fueron mayas u olmecas. Los especialistas señalan que necesitan más información lingüística para amarrar la filiación étnica.
El equipo multidisciplinario e internacional, que cuenta con colaboradores de instituciones y universidades japonesas, europeas, canadienses, estadunidenses y centroamericanas, continuará trabajando en Aguada Fénix para emprender el análisis más amplio de la zona con equipo aéreo, con el fin de recuperar información de los sitios aledaños. El proyecto de investigación es financiado por la Universidad de Arizona.