Pablo Cabañas Díaz.
La pandemia de gripe española en México inició en octubre de 1918, llegando por las ciudades fronterizas. La historiadora Beatriz Cano, señala que los primeros casos se detectaron en abril de 1918 en el cuartel de Zapadores y en la escuela del Estado Mayor de la ciudad de México. Esa fue la primera oleada, lográndose contener su contagio. Los enfermos fueron trasladados al Hospital Militar para mantenerlos aislados y evitar que la enfermedad se propagara. Llegó al puerto de Veracruz por el vapor Alfonso XIII procedente de España, el cual transportaba a viajeros enfermos. Las autoridades sanitarias acordaron poner en cuarentena a los pasajeros. Además, el contagio llegó por Tampico, a través del vapor inglés “Santa Alicia”, procedente de Nueva Orleáns que arribó al puerto, con toda la tripulación “atacada de influenza”.
En esos días, la pandemia también entró por dos puntos: la frontera norte y el Golfo de México. Las autoridades sanitarias intentaron establecer un cerco sanitario en la frontera norte y en los puertos, pero sus acciones no lograron el éxito deseado. La influenza se extendió y provocó un gran número de muertos en los estados fronterizos del norte. Para noviembre de 1918 había cerca de cinco mil casos en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Nogales y Baja California. Las primeras ciudades de la frontera norte alcanzadas por la pandemia fueron Nogales, Nuevo Laredo, Nuevo León y Santa Rosalía, en Baja California.
La influenza conocida de manera popular como “trancazo” llegó con fuerza a Monterrey, Saltillo, Cuatro Ciénegas, Monclova, Piedras Negras, Torreón, Nuevo Laredo, y alcanzó San Luis Potosí y parte de Durango. En el caso de la capital los primeros reportes ocurrieron al comenzar diciembre. En varios pueblos del estado de México, Puebla, Tlaxcala y de Morelos comenzaron a reportarse casos de influenza. En enero de 1919, la pandemia había contagiado a todo el territorio nacional. Las brigadas sanitarias se trasladaron al sur del país, en particular fueron muy activas en el estado de Oaxaca.
Las cifras de muertos y enfermos provenían de los informes de los hospitales y del registro civil. En ocasiones las notas minimizaban la letalidad de la enfermedad, o bien había memorándums muy alarmantes. Este tipo de noticias fueron utilizadas para cuestionar la lentitud e ineficacia de la respuesta del gobierno federal. El gobierno de Venustiano Carranza recién se había instaurado y comenzaba a cobrar legitimidad. Es en la ciudad de México, donde podemos conocer sus efectos a partir de una muestra de las actas de defunción de las que 1233 actas señalan el deceso atribuyéndolo a la gripe, sin duda fueron muchos más, pero nunca sabremos su número.