miércoles, abril 24, 2024

Obras maestras la literatura rusa

Luis Alberto García / Moscú, Rusia

* Pushkin, antes que ninguno.
* Gógol y Tolstoi no podían faltar.
* Mijaíl Lérmontov y Grigori Pechorin.
* Almas muertas, clásico inigualable.

Gracias a una vasta bibliografía existente en todos los centros educativos del país, estudiantes de diferentes edades y generaciones de las en las ex repúblicas soviéticas, la incluyen en los cursos para la su formación, con obras que abarcan a Pushkin, Gógol, Tolstói y tantísimos otros autores.
Hay algo en común: rusos de todos los segmentos sociales tienen un mismo lazo cultural, y es que para ellos la literatura clásica es más que una manera de aprender su lengua.
“Algunos clásicos se enseñan en la escuela y tienen un papel importante en la formación de la identidad cultural”, explica Martina Martinova, profesora de Literatura nacional de la Universidad de Moscú.
A menudo los rusos se refieren a estas obras para caracterizar a una persona, para hablar de amor u odio o simplemente para hacer un chiste; pero todos entenderán las referencias porque lo han leído en la escuela.
Evgueni Oneguin de Alexander Pushkin, está considerada como una enciclopedia de la vida rusa en el siglo XIX.
Elena Samokich-Soudkovskaïa, catedrática de lenguas extranjeras del Instituto Smolny de Smolenko dice que Pushkin es de lejos la mayor estrella de la poesía rusa y fue pionero de la novela en verso, y Evgueni Oneguin es la obra que mejor lo ejemplifica.
Es la historia del infortunado romance entre Oneguin, un vividor saciado y cansado de la vida, y una modesta chica de campo, llamada Tatiana, quien espera a un hombre del que enamorarse, pero al principio Oneguin no la toma en serio.
Pushkin pasa mucho tiempo describiendo la cultura, historia y tradiciones rusas. La novela se considera adecuadamente una enciclopedia de la vida rusa en el siglo XIX y hasta hoy es querida por rusos de todas las edades.
Entre los elementos más destacados se encuentra la famosa carta de Tatiana a Oneguin, las descripciones de Moscú, las palabras dedicadas a la belleza natural y la auto ironía y humor del autor.
Un héroe de nuestro tiempo de Mijaíl Lérmontov tiene como protagonista a Grigori Pechorin, cínico, nihilista y melancólico.
Es un oficial ruso que viaja con su destacamento al Cáucaso. Este vividor creado por el poeta y novelista, Mijaíl Lérmontov, se une a la galería de “hombres superfluos” del siglo XIX de la literatura rusa que comenzó con Evgueni Oneguin, un miembro formado de la aristocracia rusa.
Carece de propósito en la vida y juega con la muerte. Ve a las otras personas como material para sus crueles experimentos y su alegría hedonista.
Al protagonista de Lérmontov se le unieron muchos personajes de este tipo en la literatura del siglo XIX. Lérmontov está considerado, junto con Puhskin, como uno de los más grandes poetas de Rusia.
En Almas muertas de Nikolái Gógol, Pável Chíchikov explora la realidad rural rusa del siglo XIX y las personas que viven en ella y para el crítico Mechislav Dalkevich es una de las obras más potentes de la literatura rusa del siglo XIX.
Aunque el autor quemara la secuela y poco después muriera de una enfermedad mental, según una leyenda Gógol tomó la idea para la novela de Alexander Pushkin.
La trama va de un hombre noble pobre, Pável Chíchikov, que viaja por el país para comprar siervos que solo existen sobre el papel, para luego tratar de hacer un fraude financiero, hipotecando a los siervos muertos como si estuvieran vivos.
Entonces intentaría conseguir un crédito en el banco e irse con el dinero. Los viajes de Chíchikov exploran la realidad rural rusa del siglo XIX y los tipos de personas que vivían en aquella época.

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