Luis Alberto García / Moscú
“El payaso Volómir ganó fácilmente la presidencia de Ucrania.
*Las encuestas a pie de urna daban la victoria a Zelenski.
*Se trata de un cómico sin experiencia para gobernar.
*Y según un sondeo previo, no sólo ganó, sino arrasó.
El presidente Poroshenko se apresuró a reconocer su derrota.
*Lo hizo inmediatamente, antes de conocerse los resultados oficiales.
El descontento de la ciudadanía por la situación económica, los constantes escándalos de corrupción que el veterano político y presidente, Petró Poroshenko no contuvo en sus cinco años de gobierno y la angustia por el conflicto bélico separatista en el Este de Ucrania, que ya ha costado la vida a trace mil personas, han empujado al poder al payaso y actor cómico Volómir Zelinski.
Ucrania pasa a engrosar así la lista de países que han entregado las conducción nacional a líderes ajenos a la política en un momento de agitación en todo el mundo, con el Brexit en Reino Unido, la elección del tuitero desatado Donald Trump en Estados Unidos o el Movimiento 5 Estrellas en Italia, inspirado en otro cómico: Beppe Grillo
Zelenski, que precisamente interpreta en una serie a un honrado maestro que, tras convertirse en una estrella en las redes sociales, gana las elecciones, ya lo vaticinó el viernes 19 de marzo, dos días antes de las elecciones presidenciales cuando, en el Estadio Olímpico de Kiev, en un debate electoral inédito, le lanzó a Poroshenko una frase demoledora: “No soy tu oponente, soy tu sentencia”.
El millonario de los dulces —conocido así porque ha hecho su fortuna con sus empresas chocolateras— tenía una difícil situación para remontar, ya en la primera ronda tuvo la mitad de votos que el cómico (16% a 30,2%), y aunque pese a contar con todos los sondeos en contra, Poroshenko confió en el voto oculto y en los indecisos hasta el final.
No pudo sobreponerse al enojo de una ciudadanía deseosa de cambios y ese cambio tiene el rostro y el nombre de Volodímir Zelenski: por el actor apostó Anna Tomak, de 25 años, con un voto contra el sistema.
“Necesitamos un cambio, el país se lo merece, tenemos que luchar por ello”, afirmó la joven en un colegio electoral de Kiev, demostrando la razón de por qué solo un 9% de los ucranianos cree en sus gobernantes, según una encuesta de Gallup de marzo de 2019, cifra que contrasta con la media de los países post-soviéticos, que está en el 48% y un promedio global que se sitúa en el 56%.
El cómico se levantó ganador y antes de ir a votar rodeado de periodistas, contó que había desayunado huevos y que su esposa, Yelena, le había puesto una canción del rapero Eminem para motivarse, acorde con el personaje que cultivó durante toda la campaña.
“Hemos unido Ucrania, no importa lo que pase, será una victoria para los ucranianos”, recalcó Zelenski al votar, y ya dentro de la casilla electoral, para las decenas de cámaras que le esperaban, el actor mostró sonriente su papeleta marcada.
Ese es un acto prohibido por la ley en Ucrania, que le costó una multa. “Prometo que no los decepcionaré”, insistió al conocer su victoria, acompañado de su esposa y rodeado de su equipo, en la sede de su campaña, un moderno restaurante con barra libre de champagne y canapés.
Zelenski se dirigió a todos los países del espacio post-soviético. “Miren. ¡Todo es posible!”, clamó entre aplausos, confirmando que las elecciones de Ucrania iban a ser clave para todos los Estados de la antigua Unión Soviética, que han observado con mucha atención la competencia política abierta inédita en casi todos sus territorios.
En plena tensión con Rusia, que en 2014 se anexionó la península ucrania de Crimea y con un conflicto latente en el Donbás con los separatistas apoyados por el Kremlin, este país de 44 millones de habitantes es un punto clave para Europa y todo Occidente.
Para muchos, la elección del 21 de abril ha sido un referéndum contra Poroshenko y contra su gobierno, y pese al revés electoral, el político y empresario aseguró que dejaba “el puesto pero no la política”.
Y resaltó que llamaría a su adversario Volómir Zelenski, con el que intercambió duras palabras durante toda la campaña y al que ha acusado de ser demasiado débil para enfrentarse a presidente ruso, Vladímir Putin.
También de ser una marioneta del oligarca Igor Kholomoiski, dueño de los canales de televisión en los que se difunde la serie de Zelenski, que ha supuesto minutos de oro e impagables de propaganda electoral, vínculos que el actor ha asegurado que son solamente profesionales.
El millonario de los chocolates y de los dulces centró su mensaje en el lema “Idioma, Ejército, Religión”, al potenciar la lengua ucraniana sobre el resto —la rusa y otras minoritarias que también se hablan en el país, como el húngaro, el polaco o el rumano—, aumentar el presupuesto para el Ejército y presionar para escindir la iglesia ortodoxa ucraniana de la rusa.