miércoles, julio 3, 2024

Morena y su proyecto de Nación 2020-2030

CIUDAD DE MÉXICO.- El pasado 12 de febrero se llevó a cabo la Convención Nacional Morenista en donde se presento el Proyecto de Nación 2024-2030 por la Radicalización de la Cuarta Transformación desde las bases.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha significado un giro histórico para el país, un punto de inflexión frente a los sexenios neoliberales y un cauce de conciencia política en el que el pueblo deja de ser visto como un simple votante y asume un papel protagónico. Con la Cuarta Transformación estamos presenciando una ruptura profunda en el sistema político mexicano y la construcción de un régimen político verdaderamente democrático. Pero tenemos que ir más allá, para radicalizar este proyecto transformador desde su sentido más profundo. Los logros del sexenio actual son muy importantes, pero aún hay mucho por hacer.

Señalan que en un sexenio no se pueden resolver todos los problemas del país o atender el cúmulo de demandas y necesidades que generaron décadas de desamparo y malos gobiernos. Es necesario, dicen, darle continuidad a este proyecto de transformación y afianzar la alianza con el pueblo de México. Hay que reafirmar los cauces democráticos y progresistas, mantener la soberanía energética y alimentaria, ampliar los programas de becas y continuar con los apoyos universales a favor de los sectores más vulnerables, marginados y desprotegidos; apostándole a la profundización y radicalización de esta transformación.

Apuntan que deben impulsar agendas más profundas en contra de la violencia hacia las mujeres y promover una plataforma antineoliberal, antifascista, anticolonial y antipatriarcal, en búsqueda siempre de la justicia social, la igualdad, la dignidad, el respeto a la diversidad, a la diferencia y el reconocimiento de los derechos humanos. Abracemos y hagamos nuestro el vivir sabroso, el buen vivir y el vivir bien como proponen nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos y demos paso al Humanismo Mexicano.

Desde la Convención Nacional Morenista proponen darle continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación con un programa revolucionario construido desde la izquierda, con las bases y el pueblo movilizado. Asumimos con responsabilidad y conciencia histórica la herencia de los movimientos revolucionarios de nuestro país. No sólo nos referimos a las grandes transformaciones políticas, sino también a aquellos movimientos sociales contestatarios y dignos como son las movilizaciones de los ferrocarrileros y los médicos a mediados del siglo XX, las luchas de Rubén Jaramillo, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, la juventud rebelde del 68, el movimiento del EZLN, el pueblo movilizado de Atenco, la fuerza combativa sindical del SME y la CNTE, la defensa del voto en 2006, la construcción del obradorismo, la dignidad de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa y el movimiento feminista que ha sacudido a toda Latinoamérica.

La conciencia histórica, la herencia revolucionaria y el respeto a quienes lucharon y dieron su vida hacen inaceptable la posición pragmática, meramente electorera y superficial que ha impulsado Mario Delgado y que es reafirmada por el Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Dicha línea es incoherente con el ideario progresista, es un error histórico hacer alianzas con la derecha, los grupos ligados a la corrupción y los caciques o mafias políticas, debido a que se le envía el mensaje equivocado al pueblo de México de que todos los partidos serían iguales. Desde la dirigencia de Morena hay un claro distanciamiento con las bases, se dejó atrás el ideal del Partido- Movimiento para imponer un partido de cúpulas y corporaciones.

Nuestro objetivo es renovar de manera radical la forma de hacer política en el país, buscando que ésta sea para todas y todos, una política de abajo, que regrese la soberanía al pueblo, a las y los subalternos. Queremos una política de la dignidad. El Humanismo Mexicano debe implicar la lucha por la emancipación humana en contra del clasismo, el racismo, el machismo, el imperialismo y el colonialismo.

En esa conveción se presentaron las bases morenistas y de la ciudadanía en general en 21 ejes temáticos, resultado de una amplia consulta, para dar seguimiento a la congruencia, los ideales y el cauce histórico transformador. Hay que regresar al ideal del Partido-Movimiento y ponerlo en marcha, caminar por donde camina el pueblo, sentir lo que siente el pueblo y luchar a favor del pueblo.

En almomento.mx presentaremos durante 21 días, los 21 ejes de manera individual, empezando con el Eje de la Revolución Política.

La cuestión esencial de una transformación social es la relativa a la del poder político. Ciertamente el carácter progresivo de un cambio tiene que ver con el programa que contienen las distintas políticas públicas en materia económica, social, fiscal, educativa, territorial, de género, etcétera. Pero lo que les da el sentido progresivo a todas estas políticas es la naturaleza del poder político que las impulsa.

Y esta naturaleza la otorgan al menos dos condiciones: su autonomía con respecto a los poderes fácticos y su asentamiento en lo popular. La primera condición le da al poder político la posibilidad de convertirse en encarnación de un espíritu estatal que trasciende cualquier interés particular, por lo tanto, el fortalecimiento de lo público de dicho poder. La segunda condición le otorga a ese poder político una naturaleza profundamente democrática que lo acerca a la democracia directa y participativa y lo aleja del reduccionismo de una democracia representativa.

La Cuarta Transformación solamente podrá tener continuidad si tiene la posibilidad de profundizarse y una condición de dicha profundización es el mantenimiento de la autonomía del poder político con respecto a los grandes intereses particulares y una profundización de sus vínculos con los de abajo. Esto implica una articulación virtuosa entre el poder político expresado en las diversas instituciones del Estado y el poder social que se expresa en la participación popular. Es decir, una sinergia entre el poder constituido y el poder constituyente.

El pueblo ha sido protagonista en todas las transformaciones de nuestro país y en esta Cuarta Transformación no es la excepción. El triunfo de 2018 se debe a la gran participación producto de la esperanza que generó nuestro presidente López Obrador y a la movilización de la izquierda histórica, situación que evitó el fraude electoral. Por eso es de suma importancia promover la participación política desde abajo, fortalecer las alianzas con la gran mayoría y hacer la unidad popular.

Nuestro aliado es el pueblo, no las oligarquías. Ya contamos con las figuras de la Consulta Popular y la Revocación de Mandato, pero proponemos también convocar a un nuevo Congreso Constituyente, así como dotar de aún más herramientas participativas, espacios de acción y oportunidades políticas para que las personas se desenvuelvan como sujetos históricos, conscientes y movilizados.

Debemos reconocer la importancia de los movimientos sociales como actores colectivos que impulsen la transformación y la democratización de la sociedad; haciendo nuestras sus demandas en este programa de gobierno y plataforma de lucha. Somos pueblo, caminemos de la mano y anclemos el ideario de la izquierda en esta Cuarta Transformación para cerrarle el paso a la derecha.

La separación del poder político con respeco al poder económico como condición de autonomía que profundiza lo público y otorga a dicho poder político la posibilidad de visualizar los grandes problemas nacionales condición de autonomía que profundiza lo público y otorga a dicho poder político la posibilidad de visualizar los grandes problemas nacionales y sociales con espíritu estatal celoso del bien común y no como algo económico corporativo y sujeto a los intereses particulares. Es esencial concebir al poder político autónomo del económico y el poder político como algo fundamentado en el poder social.

Convocar a un nuevo Congreso Constituyente para garantizar el poder popular en la Carta Magna, así como reparar el daño de las reformas constitucionales neoliberales, antisociales y antiecológicas de las últimas décadas.
Conformar un nuevo poder popular al nivelonstitucional compuesto por comités ciudadanos e independiente del poder ejecutivo, legislativo y judicial que tenga facultades plenas para ejercer acciones en defensa de los intereses del pueblo.

Los gobiernos de la Cuarta Transformación deben reforzar lazos y caminar junto con las organizaciones sociales: campesinas, obreras, sindicalistas, feministas, ambientalistas y todas las que se posicionen desde la izquierda; incluyendo al EZLN y la CNTE.

El poder local en el ámbito municipal debe fortalecerse y formar parte activa de ese poder desde abajo. En este ámbito debe reconocerse a aquellos municipios que tienen una población originaria mayoritaria y fortalecerse el régimen de usos y costumbres en aquellos lugares donde ya exista o propiciarse su fundación en los lugares donde existen condiciones para que exista.

Se debe fomentar el poder popular en la toma de decisiones gubernamentales a partir de la realización de asambleas, consultas y presupuestos participativos en que tienen un papel protagónico las organizaciones, colectivos, asociaciones vecinales y movimientos políticos. Que se escuche la voz del pueblo.

Debe revertirse la desarticulación sindical y de organizaciones campesinas que el neoliberalismo propició. Es necesario auspiciar, respetando escrupulosamente su independencia, el crecimiento sindical no solamente en el sector público sino también en el sector privado.

El gobierno debe promover la formación y la concientización política abierta y horizontal del pueblo a través de talleres, charlas con la participación de líderes populares y comunitarios y debates, así como el fortalecimiento de medios de comunicación públicos, el fomento a la creación de nuevos medios independientes.

Democratización plena de los sindicatos y empoderamiento de las bases trabajadoras en la toma de decisiones sindicales y empresariales.
AM.MX/fm

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