Ciudad de México.- Desde su llegada al Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec hace dos años, los siete leones y una tigresa rescatados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de la Fundación Black Jaguar-White Tiger han experimentado una notable recuperación. Estos felinos, que llegaron en condiciones de salud muy precarias, ahora gozan de una vida saludable gracias al esmero y dedicación de sus cuidadores, médicos veterinarios y biólogos.
Alberto Olascoaga Elizarraraz, director y médico veterinario del centro, recordó el 6 de julio, día en que los animales arribaron: “Venían con muchos problemas nutricionales, principalmente bajos de peso, su condición corporal era muy mala, tenían problemas de comportamiento, muchos de ellos traían automutilaciones en colas y problemas conductuales importantes”.
Los leones, que pesaban entre 90 y 120 kilos al momento del rescate, presentaban diversas complicaciones de salud, incluyendo la ingestión de plásticos y otros cuerpos extraños que requirieron intervenciones médicas y endoscopias. Además, algunos necesitaban cirugías para tratar las mutilaciones en sus colas. Hoy en día, estos felinos han recuperado peso, alcanzando entre 150 y 200 kilos, y exhiben un pelaje brillante, así como un comportamiento mucho más tranquilo y natural.
“Si comparamos las imágenes de estos mismos leones al momento que los recibimos (ese 6 de julio) a la actualidad, hay un cambio drástico”, señaló Olascoaga Elizarraraz. “Están ya recuperados de peso y de condición corporal, el pelaje se nota mucho más brillante, los vemos tranquilos”. Los felinos participan en actividades de enriquecimiento ambiental, diseñadas para fomentar comportamientos naturales y asegurar su bienestar a través de desafíos físicos y mentales.
Este caso de éxito es un testimonio de la atención y rehabilitación que se brinda a los animales decomisados por las autoridades federales. Los felinos rescatados de la fundación Black Jaguar-White Tiger, que se encontraban en condiciones deplorables en el Ajusco, han recibido cuidados integrales en centros de conservación como el de Chapultepec. Actualmente, los leones y la tigresa disfrutan de su entorno, jugando con troncos, pelotas de mangueras de hidrantes y esencias de menta y canela, lo que promueve su ejercicio y comportamientos naturales.
“Tenemos toda la experiencia necesaria para poder mantenerlos y darles las condiciones tanto físicas, de salud, conductuales y de espacio adecuadas”, concluyó Olascoaga Elizarraraz. “A través de estos Centros de Conservación como el de Chapultepec, sus visitantes tienen la oportunidad de conocer a estas especies, cuál es su papel en el ecosistema. Cada especie tiene un rol y comprenderlo nos ayuda a tomar acciones para la conservación de estas especies y su entorno”.
Este logro no solo subraya la importancia del trabajo de los centros de conservación, sino también el compromiso de México con la protección y rehabilitación de la fauna silvestre.
AM.MX/CV