Alejandra Munguía Cambrán
⦁ Puro personaje de la 4T en la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral.
⦁ Si alguien le quitó los alfileres a Pemex, fue López Obrador.
⦁ ¿ES EN SERIO? Neta ya ni la burla perdona la presidente Sheinbaum. Nombra a Pablo Gómez (acusado de lavado de dinero por los pecosos) como la cabeza de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, acompañado por gente que me queda claro están lejos de ser los idóneos, pero eso sí, todos fieles a la 4T. Y díganme si miento con todos los dientes, Rosa Icela Rodríguez, secretaría de Gobernación; José Peña Merino: Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones; Ernestina Godoy Ramos, Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal; Lázaro Cárdenas Batel; este es el mejor de todos, Jesús Ramírez Cuevas: coordinador de Asesores; Arturo Zaldívar: Coordinación General de Política y Gobierno, todos de la Oficina de la Presidencia de la República. Así o más evidente por donde va la tirada. Lo que también queda clarísimo es el desprecio que siente por los demás partidos políticos, cuando no debería ser, ya que se trata de un tema que concierne y afecta a todos, pero sobre todo a la democracia, ya que, supuestamente, la nueva comisión tiene como propósito realizar un diagnóstico profundo sobre el estado actual del sistema electoral y del resto de los institutos políticos, así como elaborar una reforma legislativa que refleje las demandas democráticas contemporáneas, colocando en el centro al pueblo y sus mecanismos de participación. ¡Ajá! No me van a venir a decir que los nombrados no son personajes altamente cuestionados por sus posiciones radicales y su falta de compromiso para el diálogo y la búsqueda de los consensos que se necesitan para gobernar. Una reforma sin consenso pone en riesgo el sistema democrático del país, que de por sí está bastante endeble. Las reformas electorales deben hacerse para fortalecer el sistema democrático, no para deshacerse de la oposición y de la democracia.
⦁ Y ¿DURANTE EL SEXENIO DE LÓPEZ? Por más que trato de entender ese afán de la presidente Sheinbuam por hacerse harakiri, no lo entiendo. En su ridícula mañanera en donde en las más de las veces solamente exhibe su desconocimiento y sus traspiés, se aventó la puntada, que no lo dudo en lo más mínimo, de señalar que la deuda de Pemex ascendió a más de 105 mil millones de pesos en el sexenio de Enrique Peña Nieto. En el momento en que escuché eso hasta penita me dio su situación, porque debió hablar del daño que López Obrador le hizo a la paraestatal, pues nadie duda que Petróleo Mexicanos tiene décadas agarrada por alfileres, pero fue precisamente el vgt ogt quien se encargó de quitárselos y sangrarlo aún más, bueno él y su ingeniero agrónomo. Desde siempre se abusó de Pemex y los ingresos del petróleo se usaban como una fuente de financiamiento indiscriminada y ahora ni eso, porque sus costos están a dos de ser traspasados a las cuentas públicas. López le dio el tiro de gracia e hizo lo que no se debía hacer solo para salirse con la suya como echar para atrás la reforma energética de Peña Nieto, lo que regresó a Pemex a la improductividad en todos los aspectos. Pero de eso no habla Sheinbaum ¿verdad?, al vgt ogt no se le toca ni con el pétalo de una rosa.
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