Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
De acuerdo con los datos de la Asociación Nacional de Corredores de Bienes Raíces (NAR, por sus siglas en inglés) los mexicanos destinaron 2,900 millones de dólares en el 2021 y 2022 para la adquisición de inmuebles en el país vecino, mientras que el número de unidades compradas fue 10% superior al año previo. Alejandro Dabdoub, inversionista y analista dentro del sector inmobiliario en Estados Unidos, comentó que una de las razones que está detrás de que los mexicanos estén comprando más viviendas es que no se están viendo afectados por el alza en las tasas de interés hipotecaria, pues suelen comprar en efectivo. Esto les da la oportunidad de negociar mejores precios ante la caída general de la demanda.
Así, los mexicanos se mantienen por segundo año como la segunda nacionalidad que más viviendas compra en Estados Unidos (8% del total), sólo por detrás de los canadienses (11%). Texas, Florida, California y Arizona son los principales estados donde compran los mexicanos. Para los mexicanos las oportunidades mejorarán porque muchos estadunidenses no podrán hacer frente al costo de su hipoteca, pero sí podrían rentar incluso su misma vivienda. Es decir, el comprador puede negociar un precio con el dueño del inmueble y posteriormente rentar a misma persona.
Los datos de la NAR indican que por segundo año consecutivo los mexicanos son el segundo grupo de extranjeros que más viviendas compran en Estados Unidos, sólo por detrás de los canadienses. Mientras que en lo que respecta al financiamiento, el 27% de los mexicanos pagan en efectivo por sus compras de viviendas en Estados Unidos; el promedio de los extranjeros es de 44%.
La tradición marca que, en el fin del año, por cada una de las 12 campanadas, se pida un deseo. Por eso, en Consultores Internacionales, esperan que los siguientes deseos se hagan realidad en el 2023.
1. Que la reciente recuperación de la actividad económica sea sostenida y las moderadas proyecciones de crecimiento económico para 2023 de diversos organismos internacionales para México sean superadas en la realidad. Si los pronósticos se cumplen, deseamos que las decisiones de política económica sean acordes a ello y se evite caer en optimismos infundados.
2. Que las decisiones de política monetaria del Banco de México (BANXICO) sean oportunas y sin presión política alguna. Esperamos que los costos de financiamiento para empresas y consumidores no continúen aumentando y que las decisiones de inversión tengan un mayor margen de maniobra.
3. Que el nivel de precios mantenga la desaceleración que ha mostrado recientemente y que se priorice la atención a los componentes subyacentes como los alimentos. Inflaciones tan altas durante periodos de tiempo tan largos no solo erosiona el poder de compra de consumidores y daña las ventas de las empresas, sino que supone un riesgo de desanclar las expectativas de inflación.
4. Que los gastos e ingresos presupuestales programados por el gobierno sean ejercidos con responsabilidad y perspectiva estratégica. El país necesita que la salud de las finanzas públicas no se comprometa por la adquisición de mayor deuda, y que las erogaciones estén destinadas a proyectos productivos con efectos multiplicadores en la economía.
5. Que el extraordinario desempeño de las remesas, exportaciones e Inversión Extranjera Directa (IED) no se asuma como el único motor del crecimiento. Aunque los resultados de estas variables han reforzado sustantivamente la actividad económica mexicana, estamos convencidos de que el país debe aprovechar otras áreas de oportunidad para asegurar la recuperación y el crecimiento económico.
6. Que las relaciones internacionales de México con el mundo no se sujeten a objetivos políticos o personales. El país debe cuidar y aprovechar su posición geográficamente estratégica y la oportunidad de incrementar el intercambio comercial con muchas naciones.
7. Que se atiendan con urgencia y diligencia los pendientes del país en materia de Estado de derecho. Defender y mantener la fortaleza institucional que tanto esfuerzo ha costado y atacar la inseguridad, corrupción e impunidad.
8. Que la política energética e industrial retome un rumbo definido, sustentable y productivo. La coyuntura mundial presenta una gran oportunidad para que México se posicione como un actor esencial en la cadena de suministro global y como atractor de inversiones energéticas más limpias.
9. Que el papel de las Fuerzas Armadas en proyectos productivos de la economía sea reconsiderado en favor de una administración más eficiente y con mayores rendimientos.
10. Que se aproveche el buen desempeño del empleo formal para atender al sector informal. Las actividades económicas realizadas en la informalidad, además de aportar 24 de cada 100 pesos al PIB de México, representan pérdidas de recaudación tributaria y condicionan las condiciones laborales de las personas más vulnerables.
11. Que las decisiones gubernamentales abonen a incrementar la confianza de consumidores y productores. Con un consumo e inversión interna todavía en fase de recuperación, es esencial construir capital social y empresarial que dé a los agentes económicos la certeza para tomar decisiones.
12. Que México adopte una política migratoria digna tanto para inmigrantes como para los mexicanos que emigran hacia Estados Unidos. México debe procurar la dignidad humana y social de las personas que se ven forzadas a desplazarse, así como atender los costos laborales, sociales y políticos de los movimientos migratorios.
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