Teresa Gil
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La posible llegada, de Donald Trump otra vez, a la Presidencia de los Estados Unidos, plantea un reforzamiento urgente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pese a su delicada situación jurídica con tantos juicios que arrastra, Trump va adquiriendo una personalidad más formal con triunfos recientes, ante la decadencia de Joe Biden que acaba de tener un 4 por ciento del apoyo ciudadano. Trump la tenía antes, primero como ciudadano y después como candidato registrado de un partido, amén de las muchas personalidades que puede tener como empresario. Pero su calidad jurídica ha ido subiendo de tono y también su responsabilidad y eso que no están contemplados en estos juicios los internacionales ¿Hasta que punto violó lo estatutos de la ONU durante su presidencia con una conducta discriminatoria hacia pueblos enteros -el mexicano en primer lugar- y con las amenazas a empresas, a personas, a pueblos y grupos y actuando como presidente de un país incluso antes de asumir el puesto? ¿Que sanción implicó su actitud beligerante de exacerbación de conflictos como por ejemplo, poniendo en grave peligro la frágil paz mundial? Las muchas conductas delictivas que fue acumulando Trump a lo largo de su campaña y posteriormente en su presidencia, han sido mencionadas pero no sancionadas, pese a que son un cúmulo de tipos delictivos locales e internacionales, por los que debería responder. Como presidente entró en otra dimensión, pero en Estados Unidos a diferencia de lo que ocurría en México con la protección a ultranza de la figura presidencial, pueden ocurrir cosas. De hecho, el caso Nixon quedó para la historia y la sensibilidad y el rechazo que se capta en algunos sectores, hacia al ahora candidato republicano, no presagia nada bueno. Aunque por desgracia va avanzando.
ANTE EL POSIBLE TRIUNFO DE TRUMP, HAY UNA ONU DÉBIL
La otra cara del problema es la fragilidad que se trasmina desde la ONU, hecho que tanto hemos mencionado, organización que desde su creación no ha podido impedir guerras, invasiones, saqueos, bloqueos como el de Cuba y permaneció impávida ante las agresiones constantes que Trump causó a los mexicanos. La misma amenaza del muro que pretenden continuar otros de su calaña. ¿No es una violación al libre tránsito internacional, un acto discriminatorio, repudio a la migración y una conducta de agresiva vecindad que enfrentó a dos países? En la actitud de Trump encuadraba siempre el rechazo de las normas establecidas a nivel internacional, las violación a acuerdos firmados, la intromisión en asuntos de países, que ha rechazado, el desconocimiento de programas globales de comercio y de otros tipos, entre muchas fallas que manifestó en su gestión presidencial. No se sabe que hará la ONU si se repite el caso.
ESTADOS UNIDOS CREA ORGANISMOS, PERO NO LOS RATIFICA, COMO A LA SGN
Hay que recordar que Estados Unidos siempre ha navegado por su propio mar en acuerdos internacionales firmados por la mayoría de países. Contradictoriamente, no firmó nunca el documento de la Sociedad de las Naciones (SDN), pese a que su formulación fue a instancias del presidente estadounidense Woodrow Wilson. De hecho como uno de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, liquidó con otros que lo apoyaron, la mentada sociedad -28 de junio de 1946-, aunque ya estaba vigente la actual ONU surgida formalmente el 24 de octubre de 1945. Pese a su omisión de firmar en la SDN, estuvo apoyando el rechazo a la URSS en esa sociedad también llamada Liga de las Naciones, no obstante que ese grupo de países fueron finalmente los verdaderos vencedores de la Segunda Guerra Mundial. La URSS ofrendó 20 millones de personas, contra un poco más de cien mil que perdió el vecino país. En la década 1930-40, se permitió por fin la inclusión de la URSS y en esa época también ingresó México, para configurar los 57 países inscritos en ese antiguo organismo de paz.
ESTADOS UNIDOS TAMPOCO HA RECONOCIDO A LA CORTE PENAL INTERNACJONAL
El país del norte tampoco se ha comprometido con la Corte Penal internacional y ha rechazado firmar acuerdos de gran importancia para el cambio climático, entre otros. La beligerancia y soberbia de los últimos presidentes de Estados Unidos que se agudizó con Trump, ha ido dando al traste con la prevalencia de la ONU y lo grave es que como sucedió con su antecesora, pueda terminar siendo una simple intermediaria de problemas internacionales menores. La SDN solo sirvió en la Segunda Guerra Mundial para ayudar a algunos refugiados. Ante la amenaza que se cierne para la humanidad con la posible nueva ascensión de Trump a la presidencia de Estados Unidos, es bueno resucitar aquella lucha que dieron desde 1941- en plena guerra-, países y personajes, para crear un instrumento y un organismo que preservaran la paz y fomentaran la cooperación entre las naciones. Esa lucha está inscrita en la Carta de las Naciones Unidas -fue firmada en junio de 1945 y entró en vigor el 24 de octubre de ese año- que se ha enriquecido con reformas desde su creación en San Francisco. El mundo tiene el derecho internacional al reforzamiento de la ONU, contra la estulticia y la agresión. Con Trump, hay amenaza en puerta.