Teresa Gil
La prueba de fuego del sindicalismo que aún existe en México, se verá después del Primero de mayo. Será la demostración de su presencia, la que defina el futuro inmediato de ese sector en el que se incluía la organización laboral en México por muchas décadas y que en realidad fuera de algunos ejemplos, no penetró a fondo en la vida nacional del trabajador. Primero, porque son pocos los sindicalizados, algunos los mencionan en 15 por ciento y otros el 5 por ciento. Y segundo porque en estos sectores aunque la situación es mejor que en el resto no sindicalizado, no alcanzan a configurar una clase estable. Según datos publicados del PIB, la actividad económica se refleja en el trabajador solo en el 28 por ciento, mientras la empresa privada se lleva el 72 por ciento. La plusvalía que según Marx concentra el gran capital, sale de la espalda de los trabajadores.
HA HABIDO MEJORÍAS, PERO NO LAS SUFICIENTES
El aumento del salario mínimo ha mejorado un poco la situación, aunque enfrentada con alta inflación y elevación desmesurada de precios. La pandemia que trastocó proyectos y avances por dos años, generó la pérdida de más de 12 millones de empleos y aunque hay una recuperación de poco más de 15 millones por lo general son en la esfera informal, según datos oficiales. El trabajador común que suele ganar un salario mínimo, a veces dos, apenas rebasa en su mayoría los seis mil pesos mensuales a excepción del de la frontera, que puede rebasar los nueve mil pesos al mes. Los salarios al elevarse, lo hacen mejor en el sector público, y aunque no es lo común por fortuna, se veía apenas hace unas semanas, que un tipo como el consejero presidente del INE Lorenzo Córdova, ganaba 262.64 mil con salario y prestaciones, frente a los salarios mínimos publicados arriba, que hacen diferencias de 256 mil y 253 mil respectivamente. Un atropello. La elevación salarial del abuso y el pretendido conocimiento, frente al uso físico del trabajador. Por otro lado las reformas a la Ley del Trabajo de 2019, fijaron algunas posturas que delimitan a las empresas, en tanto el freno al outsourcing ha favorecido la contratación directa con las empresas, aunque hay algunas que aún se resisten. Veremos que pasa.