Teresa Gil
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Muy justo el premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2023, otorgado a Elena Poniatowska. Es el segundo para dos mujeres mexicanas, aunque de otros orígenes, después de su creación en el año 2012. En el reconocimiento a creadores, Elena reivindica lo que siempre he propuesto, ya que como periodista incluida en su trayectoria literaria, recibirá un premio en lo económico que no se extiende a los otros periodistas del país, porque el premio en cuestión lo puntualizan a lo literario. Los muchos periodistas que bregan a diario en una noticia que muchas veces es peligrosa, no tienen ese reconocimiento en solitario, por su oficio, porque relumbra más un literato que un comunicador aunque haya excepciones como el caso de Gabriel García Márquez. Pero la vida de un periodista también transcurre por las letras ( todo periodista es escritor), por la investigación, por la noticia del momento y hay algo en el periodismo que no se resalta cuando se reconoce a la literatura, que la noticia es historia y que muchos de los aportes periodísticos entrarán en el bagaje histórico de lo que se vivió en una época. Como parte del oficio, Elena entraría en ese amplio grupo. Yo recuerdo que cuando la escritora recibió el premio Cervantes en abril de 2014, me referí a ella con términos que reivindico ciento por ciento y agrego lo que ha hecho en su entorno desde hace más de nueve años, a sus 91 años actuales. Véase aquello.
ELENA, MUCHAS MUJERES EN UNA Y ALGUNAS DE SUS OBRAS CUMBRE
A Elena Poniatowska la debieron llevar cuando era bebé a un cementerio francés, en París, quizá. En muchos pueblos se piensa ( me lo acaban de decir en un pueblo del Estado de México, Pentecostés ), que los niños de brazos no deben ser llevados a los panteones, porque hay muchas almas que deambulan entre las tumbas, esperando a un ser inocente para reencarnarse en su cuerpo. A veces varias almas detectan al infante y se pelean por él y algunas logran penetrar al mismo tiempo ¿Cuántas almas de escritores, poetas o periodistas pudieron haberse peleado por Elena y cuantas pudieron anidar en un ser que llegó a convertirse en muchos seres al mismo tiempo?, escritora, periodista, activista política, mujer solidaria, etcétera. Jesusa Palancares el personaje de Hasta no verte Jesús mio (1969) una de las primeras novelas de Poniatowska, creía en la reencarnación, era como Elena, una mujer en muchas. Recuerdo que al recibir el Premio Cervantes, Elena puso de manifiesto todas esas identidades. Y recalcó su profundo amor a México y su pesar por los problemas que atravesaba y habló de la reivindicación de la lucha de las mujeres, entre las que destacó a otro ser singular, ahora ya fallecido, Rosario Ibarra de Piedra.
PERSONAJES VIVOS, EN LA OBRA SINGULAR DE ELENA PONIATOWSKA
Miles de entrevistas realizadas por Elena, han puesto en la palestra a personajes de todos tipos, muchas mujeres entre ellas. Pero en sus libros, las mujeres reales también salen, trascienden con su propia identidad. Angelina Beloff ligada indefectiblemente a un genio como Diego Rivera, fue una de ellas. La destacada pintora vivó diez años con el muralista en en Francia y tuvo con él un hijo que murió y cuando él regresó a México, ella le escribió largas y enternecedoras cartas que Rivera no contestó. Eso lo plasma Elena en Querido Diego te abraza Quiela (Era 1978, con ediciones posteriores). Cuando Angelina vino a México pasó junto a Diego y él ni siquiera la saludó. Esta obra tuvo una gran demanda por su carácter romántico, pero es La noche de Tlatelolco la que empieza a distinguir a Elena como una gran escritora y periodista. Desde entonces, muchas obras han fluido. En la entrega del premio español, cuando una vez más los avatares monárquícos se expresaban, pese a ello hubo una gran fiesta. Lució el resplandor de la literatura que no está sujeto a los poderes transitorios y cuyos aportes, ese premio por ejemplo, son parte de la lucha de grandes creadores que nada tienen que ver con reyes y otros mandatarios. En la entrega del Carlos Fuentes, la fiesta debe alzarse igual.