Teresa Gil
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx
Ha sido una temporada de gestación difícil, pero México sigue vivo. Al iniciar el décimo mes de su gestión, el presidente AMLO tardaría mucho en enumerar los avatares que han entorpecido su caminar, pero nadie le prometió un jardín de rosas. Pese a ello, arriba a su primer informe con casi 70 por ciento de aprobación, según la última encuesta de El Universal. Los más recientes zangoloteos los da su propio partido, el morenista y asoman vientos de fronda en Chiapas con un ultraizquierdismo exacerbado, un apoderamiento de ínsulas dentro de un estado, mientras el empresariado tiende la mano en la persona de su más rico representante. Que nos valieron todos esos meses de incertidumbre con las hienas en sorna burlesca, medios apoderados de un derecho universal, la libertad de expresión, para mangonearla y el fuego amigo que no cesa de ciertos medios. El NAIM, los casi 150 amparos contra el Santa Lucía, el peso impío e infiel, que se bambolea cada rato, defensores de la violencia citadina con una moral cuya fragilidad se evidencia si revisa uno a muchos de esos defensores, parecen hoy minucia para el resistir de un pueblo. En el camino nos hemos topado con todo -ladran Sancho, caminamos-, escándalos mediáticos sobre los corruptos, las trampas de Trump, los infames asesinatos de mexicanos en Texas, los puntitos flacos que se convierten en terremotos para una oposición vengativa. Pero nueve meses después, estamos vivos. Como México no hay dos.
LA ADVERTENCIA PARA MORENA Y EL CONFLICTO EN EL SENADO
AMLO tuvo que intervenir ante los pleitos internos que se han dado en Morena. Los llamó a impedir la división. Esos conflictos se dan cuando se avizora una de las actividades más prometedoras de la legislatura a partir del primero de septiembre. Están en juego la revocación de mandato, la ley de austeridad republicana, la consulta popular, el fuero presidencial y la condonación fiscal entre otras. En una entrevista con el ya mencionado El Universal, el pasado 28 de agosto, Martí Batres aún presidente de la Mesa directiva del Senado, habló de los avances y cambios radicales que ve en este período de nueve meses, parte de lo prometido en la campaña electoral y los asuntos fundamentales que están en puerta para discusión, el Instituto de Salud y lo más peliagudo y que les llega a todos los partidos, la posible disminución de las prerrogativas. Lo que faltaba era una agarrada de chongo de los morenistas, que ya se veía venir con muestras al público que no hacían verano. Ha sido por el cambio de dirigencia, el asunto de Baja California y lo sucedido en el Senado, con un Martí Batres obstaculizado para seguir en la presidencia. Este ha denunciado una permanente agresión de parte de
Ricardo Monreal con el final de todos conocidos, la no reelección de Batres, la elección en el puesto, de la senadora Mónica Fernández y un recurso interpuesto que fue ganado por Batres, al ser anulada la elección. El senador declaró, no obstante, que no buscará la reelección. ¿Que pasará en los enfrentamientos internos y expuestos al público y que hará Morena si AMLO decide salirse del partido y dejarlos al garete? Las hienas no aullarán; se reirán.
EL AULLAR DE LOS CÁNIDOS Y LA APOLOGÍA RELIGOSA DE BRAM STOCKER
Si uno lee o relee el Drácula (Editores Mexicanos Unidos S.A 2014), de Bram Stoker, se va a topar en muchos de sus capítulos con el crucifijo salvador, muy propio de un irlandés de la tierra donde 90 por ciento son católicos. Desde que Stoker escribió su clásica obra sobre vampiros, los lobos, sus aliados, han sido proscritos como animales del demonio. Porque no es otra cosa el libro del escritor nacido en Clontarf en 1847 y muerto en Londres en 1912, sino una rememoración demoníaca en la figura de un vampiro que de acuerdo al mito de satanás, todo lo puede, hacerse invisible, convertirse en animal, en niebla brumosa, en espíritu y usar la telepatía como forma de dominio. Es interesante el uso de la hipnosis que evidencia que Stoker aplicaba a Freud y que a la par que muy creyente, reconocía los avances de la ciencia. En su invocación permanente a dios en la obra y el abuso de las obleas milagrosas para expulsar malignos, si bien pone el énfasis en un murciélago como forma de vampiro gigantesco, la figura protagonista en una criatura humana diabólica y destructiva, que es eliminada con el artificio creado para tal fin y la nueva invocación divina. El libro, en el que se utiliza el método muy común en el siglo XIX de hacer participar a los personajes con diarios, cartas, memorandos, etcétera, viene a ser, en realidad, una especie de catecismo para promover una religión. Siempre está presente la invocación. Pese a todo, Stoker que hizo otras novelas de terror y de suspenso, era un magnifico escritor. Colocó como aliados a los lobos, no a las hienas burlescas.