Teresa Gil
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En los once años que tiene esta columna, se ha tratado el problema del cuerpo humano alrededor de cuatro veces, siempre a partir del trabajo de investigación de la ahora doctora Gabriela Noyola Muñoz. Desde el inicio de sus estudios de pedagogía en la UNAM, la autora tuvo esta inquietud que si se analiza bien es fundamental. Publicamos sobre su tesis de licenciatura y maestría, siempre a partir de una pregunta fundamental ¿Se toma en cuenta realmente el cuerpo que tenenos, el que ejercemos a diario en nuestra vida, el de nuestra vida misma, de manera diferente como no sea para destinos impuestos ? La respuesta es que no, al menos como debería de ser. Lo singular del caso, es que el estudio se inicia entre otras consideraciones, a partir del baile del tubo que mujeres ( en algunos casos hombres) realizan en centros nocturnos. Muchos de los bailarines en esa estructuración machista que son centros nocturnos, en general para hombres, han estudiado danza. La inquietud de Noyola la llevó entonces a vincular el llamado pole dance desde luego la danza y lo que esto significa, para llevar al cuerpo no solo al entorno educativo, artístico, sino al filosófico, al social, al político, al fisiológico…
VOCES AUTORIZADAS ADVIERTEN LA URGENCIA DE ABORDAR AL CUERPO
Por lo que puede verse, el estudio tuvo que abarcar tantos temas en lo que se concluye que buena parte no ha sido analizado como debe de ser. La inquietud de la académica se fortaleció con el surgimiento de la 4T y su propuesta de cambio. Al final del período con Andrés Manuel López Obrador hubo avances según su concepción, porque surgieron voces diversas, académicos del arte dancístico, que dieron sus opiniones y conceptos aplicados ya en la práctica. Y voces de academias y escuelas privadas, de las que se desprende un avance más consolidado. Hay que partir, según lo recuerda la autora desde el inicio, que el cuerpo, sobre todo el de la mujer, ha sido visto por siglos como un ente generador de hijos, como un espacio de placer y como un cuerpo utilitario para las cuestiones cotidianas. Un cuerpo discriminado según el color de la piel, de su esfera social, de su bagaje cultural o físico, siempre con esos fines utilitarios. Al abordar el trabajo surgen voces autorizadas como las de Antonio Gramsci, Michel Foucault, Francois Dubet y otros, para relacionar temas y para criticar el límite que se ha impuesto al cuerpo y el avance que puede haber en las sociedades actuales, si se profundiza en la realidad estricta de lo que es ese instrumento vital.
YA SE ESTÁN DANDO LOS DEBATES SOBRE EL CUERPO Y SU ACTUAL USO
El examen en el que se doctoró Gabriela hace una semanas, bajo la asesoría de muchos años sobre el tema, de la académica doctora María Esther Aguirre Lora, puede auspiciar la publicación de este libro por parte de la UNAM, con el que se despejarán muchas dudas que tenemos sobre el cuerpo. Y lo que se propone. Solo en las conclusiones se reitera el poder que ha tenido la educación en el concepto de un cuerpo que ha sido explotado, debido entre otras cuestiones, al enfoque pedagógico de raza, diferencias de clase, y de género dentro de la institución escolar. Pero es curiosamente dentro de ese territorio educativo en el que empiezan a generarse los debates, partiendo sobre todo de los trabajos de Michel Foucault. Y eso va llevando a las grandes dudas que tiene el ser humano a partir del seguimiento de la historia del cuerpo, para llegar a “lo primigenio del sujeto”. Noyola egresada de la UNAM y maestra por largos años en la Universidad Pedagógica Nacional, fue muy felicitada.