martes, abril 23, 2024

LIBROS DE AYER Y HOY: Los millones de mujeres que no pararán el 9 de marzo

Teresa Gil

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

 

Puede ser un paso importante, pero el paro nacional convocado por colectivos feministas para el 9 de marzo y al que se han añadido sectores de la  más diversa procedencia, está planteado con  una concepción  laboral. Aparte de la intención política llena de sombras que se esconde en el llamado. Se ha dicho en reiteradas  ocasiones, que a las mujeres -me imagino que se incluirá a hombres paristas-, que no trabajen ese día, no se les descontará el salario. En esa concepción, que significa un deslinde  para muchos sectores, se les olvidan de entrada, los millones de mujeres que no trabajan formalmente y que no tienen quien les ayude para cuestiones perentorias en sus hogares; que por otra parte no recibirán un salario compensatorio si paran ese día.  ¿Que sucederá con los más de 5 millones  de madres solteras que si trabajan, -algunas como oficinistas, en el trabajo informal o como domésticas-, pero cuyas madres o hermanas -mujeres al fin-, les ayudan en sus casas a cuidar niños y en  trabajos domésticos? En ese caso el paro tampoco puede ser simbólico, porque los niños, al menos, tienen  que ser atendidos. Un caso similar se da cuando se tienen enfermos en las casas. En una posición muy cómoda, se ha respondido que en el caso de las mujeres casadas que atienden sus hogares, los maridos  las pueden sustituir ese día, ¿pero que sucederá si el marido no aceptó el paro y trabajará durante el día? Aparte de las políticas, hay muchas dudas e interrogantes que deben ser tomadas en cuenta, cuando la avalancha de medios se lance a informar – verdad o no-, de que fue un  paro exitoso. Millones de mujeres por muchas razones, quedarán fuera de la cifra que darán oficinas y  empresas que solo contarán  lo que puede ser contable.

 

SIGNIFICATIVOS: MUJERES QUE NO SE INTERESAN EN EL PARO O NO CREEN EN ÉL.

 

Aunque se han sumado sectores de la derecha y personas que se mueven en el limbo utilitario de la ideología, hay mujeres de esos ámbitos que no se interesan en el paro. Y lo que es más importante, mujeres y sectores de la izquierda que no creen en él, porque consideran que independientemente del ruido que causará, no adelanta nada en los problemas reales de las mujeres. Consideran la marcha del 8 de marzo día internacional de la mujer, como una fecha más proclive para denunciar y dar a conocer los problemas que se quieren erradicar.  Ese sector  reconoce el paro como un mecanismo  legítimo en  algunas de las convocantes, pero también como un medio que tratará de usarse políticamente para exhibir intereses. Vienen a la mente las miles y miles de monjas ( más de 40 mil en México), que viven apegadas a un trabajo de conciencia y dan su vida en el accionar de las iglesias, como una especie de esclavitud que no ha sido tema para las feministas. Aunque altos prelados han  hecho llamados de cordura en este paro y respeto a las mujeres, nada dicen de la participación  de esas mujeres sujetas a sus decisiones. El que se hayan sumado grupos y personas que están en contra del aborto, como una negación de que el cuerpo de las mujeres es propiedad de ellas y no tienen derecho a decidir sobre la maternidad, vulnera la principal lucha de las mujeres progresistas, de que el cuerpo femenino  es propio y deben ser consideradas las decisiones de sus dueñas.

 

TRATA, PROSTITUCIÓN Y OTROS FLAGELOS SE HAN  ABORDADO POCO

Por lo general en el repunte de la lucha feminista en  los últimos meses -sobre todo en este gobierno,  porque en  otros gobiernos se vio poco-, se pone énfasis en el feminicidio, violaciones sexuales y otras agresiones, exacerbada la protesta cuando se comete uno de esos terribles crímenes. Se menciona el familiar como uno de los sitios de mayor incidencia. Pero flagelos que conducen a lo mismo como la prostitución y la trata que además de las agresiones que pueden ser mortales derivan en explotación sexual, tipifican  casos que sin  entrar en el tipo  de feminicidio, son muy graves.  Además de la explotación  sexual, están el esclavismo -prohibido en  México por la Constitución- , la compraventa de  personas y la desaparición permanente para hacer uso de seres humanos. La gran mayoría de la afectación son  mujeres y niñas. En  una de sus últimas encuestas, INEGI daba la cifra de 800 mil mujeres en términos  de prostitución  y la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas, fijaba para México la cifra de 500 mil, aunque ésta es muy variable por el  aumento en los últimos años de la trata. De los sistemas que se han aplicado en ese entorno todos sometidos a cuestionamiento,  el abolicionismo que prohíbe la prostitución  como delito, fue firmado a mediados de los años cincuenta como tratado, por la ONU, y México se adhirió, pero muchos de los estados de la república no firmaron. En algunos de éstos  siguen funcionando las casas de tolerancia, aunque se observa que las redes han cambiado  la forma de ofrecer servicios sexuales en la calle y en esas casas que violaban  la Constitución porque realmente eran zonas de reservación prohibidas. El abolicionismo se aplica actualmente en 7 países de Europa y en América, Canadá lo tiene vigente. Mucho se ha escrito sobre un  tema que exhibe en las mujeres el tratamiento discriminatorio  de género para expulsar hacia esos niveles a muchas de ellas, por lo general marginadas y a algunas de etnias indígenas. Entre los libros que han abordado el tema a  niveles históricos y con una investigación  amplia que menciona los códigos sanitarios y los comportamientos sociales en  México y en  el mundo,  está La Prostitución (Diana 1973) de Ricardo Franco Guzmán sometido a críticas por el feminismo. Mas recientemente  De banqueta y Canapé (Luna media, Comunicación S.A. de C.V  2017), de Humberto Musacchio que también hace un recorrido para converger en la necesidad de una legislación sobre la trata. Ambos libros los hemos comentado aquí,  en  otras ocasiones.

 

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