jueves, marzo 28, 2024

LIBROS DE AYER Y HOY: La involución utilitaria de Robles y Sosamontes

Teresa Gil

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

 

Después de ver la impresionante lista de cargos que se le atribuyen a la señora Rosario Robles Berlanga, llega uno a la conclusión de que  ella o es una mujer muy tonta -cosa que no se cree – o fue utilizada de una manera drástica por el sistema para cebarse en ella y tratar de mostrar que la corrupción emerge también  desde la izquierda, que se ha considerado impoluta. Vana observación de esos detractores porque la teoría y la historia han demostrado que en el camino de una lucha siempre hay traidores -para esos que son creyentes, ahí está el señor Judas y sus treinta monedas-, y que en una toma de conciencia puede haber  una involución, como lo estamos viendo en Robles y el ahora sacado a relucir Ramón Sosamontes Herreramoro, uno de sus brazos derechos y ex cuadro importante del Partido Comunista Mexicano (PCM). Los ejemplos pueden ser  muchos no solo en México sino en el  mundo de la izquierda y sus posturas cercanas, de tipos que traicionaron y vendieron  movimientos -ahora lo vemos con  Lenín en Ecuador y  lo revisamos en Felipe González en España, ahora gordo señor de la burguesía- pero en México está plenamente documentado. A lo largo de décadas, se señaló  a los que después de crear movimientos sindicales por ejemplo, se rajaron  y  negociaron con  el sistema antes y en los albores del PRI en 1946. Lo  mismo pasó en  movimientos campesinos. La CTM fue uno de esos baluartes de recogimiento de los que creyeron que estaban a salvo porque un partido hegemónico incorporaba los principios de la Revolución y lo consideraban legítimo. Partidos como el propio PCM y  más tarde el PAN en sus inicios, grupos que se evadieron  del PRI y otros organismos,  sufrieron  muy a fondo los avatares del sistema: persecución, cárcel y  muerte. Su castigo fue no haber traicionado.

RAMÓN SOSAMONTES Y  EL SILENCIO DE LOS QUE NO SON INOCENTES

Sosamontes Herreramoro fue un  miembro  importante del PCM. En su historia cargaba la muerte en un accidente de su hermano, también miembro del partido. Eso le creo muchas simpatías y reconocimientos debido entre otras cosas, a sus méritos. En los cambios que fueron señalando al PCM la necesidad de aliarse con organismos y partidos cercanos y que dio como resultado la fusión en los partidos Socialista Unificado de México (PSUM) y  Partido Mexicano Socialista (PMS)  siguió en la misma línea ya un  poco alerta ante esos cambios, -el registro del PCM con anterioridad-, la participación en política  -ya emergidos de la clandestinidad-, y la búsqueda de la participación abierta en los asuntos del país, que abrió camino a muchos militantes que querían trascender en lo público.  Las fusiones fueron transitorias en muchos casos  y finalmente se llegó al PRD emergido de aquella lucha en la que todos sabemos que quien ganó la elección en 1988 fue Cuauhtémoc Cárdenas. La cercanía en esos partidos -gente de Oir Línea de Masas entre ellos Robles y Armando Quintero  y el Map, con los mapaches, grupos socialdemócratas que curiosamente habían  avalado a Salinas de Gortari como presidente en 1988, pudo haber ido cambiando la concepción  de algunos comunistas. Los teóricos lo dirán. Pero. Sosamontes se movía en la izquierda. Hace algunos años, después de una participación en el espacio del Centro Cultural José Martí, a un  lado del  metro Hidalgo, me encontré con Sosamontes en el bar del restaurante español El Órreo; estaba con nosotros el ingeniero petrolero  Javier Meneses. Un rato después, cuando me despedí, Ramón me dijo que me acompañaba a recoger mi bocho en un estacionamiento cercano a Reforma. Al pasar por un cine que está cerca y que  anunciaba El silencio de los Inocentes, Sosamontes me invitó a ver la película. Eran como las tres de la tarde. Llegamos y nos sentamos y quizá por el cansancio y dos tequilas,  nos dormimos. Fuimos despertados por la avalancha que salía como a las cinco de la tarde. Las carcajadas ante aquella situación no pararon en  mucho tiempo, cada vez que nos encontrábamos en un acto.  Dejé de ver a Ramón  hasta que me enteré de su cercanía con Rosario y la expulsión vergonzosa que hizo en las oficinas públicas de Sedesol de una hija del escritor y militante Raúl Macín, que había ido a plantear proyectos sociales. No lo podía creer, porque se usaron guardias y se dijo que la orden era de la señora Robles. Y ahora está en  la cuerda floja. Su silencio con antelación  al amparo que acaba de presentar, no es precisamente de un inocente. Que triste.

 

EN EL AFFAIRE, HAY DELITOS COMETIDOS POR MUCHOS ¿QUIEN LOS PLANEÓ?

En el tema tan debatido, los culpables son muchos. Se habla de más de 60 involucrados pero empiezan a salir más, de lo que se llama la chiquillada. Metidos en el berenjenal delictivo, ¿como llegaron a él?, ¿quien los indujo? Hay un nombre que todos conocen y dicen, pero que hasta ahora  no se ha llegado a él. Mientras, la situación se dirime en esta escala, para ver, como augura la revista Proceso, si  a través de Rosario se llega a EPN. En El misterio de los crímenes de Macbeth, el periodista, humorista, dibujante  y escritor James Thurber, hace una sátira sobre la obra de Shakespeare, para dilucidar, más de 500 años después, quien fue realmente el asesino. Retomando todos los pasos clásicos de la novela policial, va descartando como verdaderos instigadores, a los que son señalados como tales en la obra y desemboca en un personaje que  todos conocen , pero que nadie ha culpado. El cuento está incluido en  la recopilación Los policiacos involuntarios (Editorial Arte y Literatura ciudad de la Habana, 1981) y en él, su prologuista Agenor Martí, destaca que si bien es injusto que la literatura policial sea calificada por un solo fin determinado, no siempre es así. En los cuentos y obras que no fueron escritos con ese fin y en la que han participado los más grandes escritores del mundo, se llega a la misma conclusión, aunque la finalidad pretende ir  más allá. Así lo plantea en este cuento de Thurber, en el que el estadounidense mas bien utiliza un clásico para burlarse de la novela inductiva. Así se ve el actual asunto policiaco de Sedesol ¿quien planeó los muchos delitos que se atribuyen a Robles? Y aunque ya lo sabemos, el tiempo nos lo confirmará.

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