viernes, diciembre 13, 2024

Laura Fernández, ecocida y corrupta

PUERTO MORELOS, Q.R.- Vecinos del municipio de Puerto Morelos temen que los trabajos que entregue la empresa Constructora LMI, S.A. de C.V., por los cuales recibió 35.7 millones de pesos, terminen siendo algo similar a las escaleras eléctricas de la alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México. Una obra faraónica sin sentido.

Además que al igual que aquella obra en la capital del país, tratar de ver los pormenores del contrato de la obra denominada “Construcción del Centro Cultural y Museo en zona Centro, la renovación de Unidad deportiva Pescadores Puerto Morelos; y la construcción de Estación de Bomberos y Protección Civil del municipio de Puerto Morelos en el estado de Quintana Roo correspondientes al programa Mejoramiento Urbano 2021”, es una tarea titánica pues no es accesible ver una copia del mismo ni a través del portal de transparencia.

De acuerdo con Sol Quintana Roo, la información más cercana a la que se tiene acceso, es el Acta y Dictamen de Fallo de la licitación pública nacional presencial número LO-015000999-E95-2021, en la que básicamente se dan a conocer los pormenores de la “competencia” que sostuvo con otras cinco empresas constructoras, y nada más.

Lo más que se sabe tanto del proyecto como de la empresa, es que las obras en las que está participando la Constructora LMI, están vinculadas de manera estrecha al proyecto del Tren Maya.

Sin embargo, la empresa destaca porque una de sus dueñas es Fanny Podolky Assus, dedicada a la minería en el estado de Veracruz, y que no tienen empacho en llevar a cabo acciones lesivas contra el medio ambiente con tal de abaratar sus costos, además de entregar obras inconclusas a precios inflados como la obra de las escaleras eléctricas que desarrolló en la alcaldía de Álvaro Obregón en Ciudad de México.

Dicha obra, efectuada durante el gobierno de Layda Sansores San Román, ha sido duramente criticada como una obra de relumbrón en la cual se pagaron 82 millones de pesos por apenas 58 metros de una escalera eléctrica denominada como un “Sistema de Desplazamiento Peatonal Mecanizado en Zona de Laderas”.

A decir de la alcaldesa electa de Álvaro Obregón, Lía Limón, las escaleras colocadas por la Constructora LMI, son las más caras del mundo, y representan un enrome gasto de energía eléctrica las horas que está en funcionamiento, pues no cuenta con sensores para el ahorro energético, lo que representa un gasto mensual de 70 mil pesos entre luz y mantenimiento.

La obra que fue inaugurada el 10 de enero de este año, para algunos representa un atractivo turístico para esta zona de Ciudad de México, pero para otros no es más que prueba palpable del desvío de recursos que llevan a cabo los servidores públicos, por medio de la entrega de obras de relumbrón o al menos más vistosas que las obras de alcantarillado, recolecta de basura o luz eléctrica que la sociedad necesita realmente.

Vecinos del mismo lugar se quejan constantemente de que la misma se llevó a cabo como una obra que beneficiaría a las 30 mil personas que habitan en esta zona conocida como Colectivo 18 al integrar a 18 colonias con un índice alto y medio de marginación ubicadas en una zona de barrancas de difícil acceso, más sin embargo, en la realidad solo beneficia a una decena de familias que viven en el área aledaña a su construcción.

Además, critican el hecho de que ésta solo opera en un solo sentido, por las mañanas lo hace de bajada y por las tardes-noches de subida. Y solo comunica de la calle Catalina Acevedo a Josefa Bastidor a través del andador Pedrera que cuenta con una inclinación de 30 grados y es semejante a subir o bajar un edificio de 22 pisos a decir del proyecto que fue denominado “Escalando Vidas”.

Originalmente planeadas para que las personas que habitan en la zona pudieran subir en menor tiempo y con menor esfuerzo una altura similar a un edificio de 22 pisos, no solo ha sido criticada por los vecinos, sino que además presenta problemas en su uso. Arrancando con el hecho de que solo se entregaron trabajos equiparables a subir un edificio de 7 plantas.

Lo anterior porque se presentó como un proyecto que tendría una extensión de 260 metros y sería entregada en diciembre de 2020 a más tardar, sin embargo, para su inauguración en enero de este año, apenas contaba con 58 metros, sin dar muestra de que vayan a continuar los trabajos.

Menos aún con la nueva administración encabezada por Lía Limón García, quien la ha criticado como las escaleras más caras del mundo, haciendo alusión a aquél dicho de López Obrador sobre el avión presidencial, indicando que “estas escaleras no las tiene ni Obama”.

Además de que acusó de que la administración de la alcaldía de Álvaro Obregón, no le quería dar información al respecto y se negaba a instalar el proceso de transición.

Es más, volviendo a los dichos del líder de la 4T, esas escaleras fácilmente podrían compararse con las escaleras que el mismo presidente dijo barrería de arriba abajo para acabar con la corrupción del país, sólo que aquella solo existe en su mente y ésta es prueba fehaciente de la corrupción del país al grado que hay quienes las llaman “las escaleras de la corrupción”.

Mire si no. Cada metro de avance en la obra se pagó en poco más de un millón 400 mil pesos, es poco utilizada y muchas veces se encuentra fuera de funciones. Solo existe como una vistosa obra que da colorido y cambia levemente la fachada de estos barrios asolados por la delincuencia.

Entre las críticas enumeradas por vecinos opositores al proyecto, están el que no cumplió con lo prometido; fue un gasto excesivo; las obras se entregaron con retraso; se construyó menos de lo prometido; son poco usadas y no conectan ni benefician a las 18 colonias prometidas.

Y es que estas escaleras en realidad no benefician a casi nadie, solo a los que viven en cada extremo de la misma y además ni siquiera están en uso ni la mitad de las horas del día, solo 9 horas distribuidas en horarios estipulados por la alcaldía: de 08:00 a 11:00 horas del día suben, de 11:00 a 13:00 horas se detienen, de las 13:00 a las 16:00 horas bajan. Después, vuelven a estar paradas otras dos horas y de 18:00 a las 21:00 horas descienden.

Incluso, a decir de gente que ha llegado en calidad de turista, se han percatado que en un lapso de dos horas apenas y fueron utilizadas por unas cuatro personas vecinas del lugar, por lo que no cuentan con el visto bueno de los mismos al asegurar que estas escaleras no son otra cosa que una obra faraónica más de las que le atribuyen al gobierno de la 4T. Grandes, bonitas, costosas, pero sin beneficio alguno para las mayorías.

E indican que lo que más requería esta colonia, era atender el problema de las luminarias en todo el colectivo 18, el balizamiento y el servicio de recolección de basura. Por lo que consideran que a la única que le sirvió la obra millonaria, fue a Layda Sansores, pues de allí se llevó buenos recursos para su campaña por la gubernatura de Campeche.

Un artículo publicado por Reporte Índigo señaló que era tal el rechazo a la obra por los vecinos, que el día que arrancaron las obras, llegaron alrededor de 500 policías que se apostaron de a cuatro al frente de cada casa por miedo a que los vecinos no quisieran las escaleras. “No pudieron decir que no, pues gastar 80 millones de pesos por unas escaleras de 50 metros, en realidad no beneficia a las 18 colonias, ni siquiera a esta colonia que es Estado de Hidalgo, ni a La Araña que está al lado”.

A ver si no ocurre lo mismo en Puerto Morelos con esas obras paralelas al Tren Maya consistentes en la construcción de un Centro Cultural y Museo en la zona Centro, la renovación de la Unidad deportiva Pescadores de Puerto Morelos y la construcción de la Estación de Bomberos y Protección Civil del municipio de Puerto Morelos, de los que solo se conoce que costarán 35.7 millones de pesos.

El problema aquí radica –como ya lo expresábamos en una entrega anterior-, es que estas obras adjudicadas a la empresa Constructora LMI, S.A. de C.V., le abre las puertas a las empresas mineras más contaminantes del país y que han provocado daños irreversibles al medio ambiente en todo el país, y ahora se encuentran en el municipio de Puerto Morelos estableciendo un plazo de ejecución de obras de 201 días naturales a partir del 20 de abril.

Como ya lo dimos a conocer y reiteramos para conocer más sobre la misma, Constructora LMI fue constituida el 22 de mayo de 2015 bajo el Folio Mercantil Electrónico 89260 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Se formó bajo las modalidades de Sociedad Anónima y Sociedad Anónima Promotora de Inversión, por lo que en algunos contratos ha participado como Constructora LMI, SA de CV, y en otros como “Constructora LMI, S.A.P.I. de C.V.”, con lo que es posible rastrear otros 4 contratos por casi 64 millones de pesos entre 2017 y 2018.

Como objeto social principal establece el administrar y operar todo tipo de negocios, así como promover inversión de cualquier ramo de la industria o del comercio o del área de servicios, compra, vender, construir y desarrollar por sí, o a través de terceros, todo tipo de obras civiles y proyectos; con lo que da pie a poder acceder a todo tipo de proyecto, incluyendo el de la extracción de sascab para el desarrollo de obras, pero de manera nociva al medio ambiente, lo que se reflejó en ser la propuesta más económica presentada.

Solo esperemos que al final no suceda lo que pasó con ese elefante blanco de la Álvaro Obregón que prometió más de 200 metros de escalera eléctrica y sólo entregó 58 metros, no cumplió con los plazos de terminación, y lo entregado no coincidió con lo aprobado en el proyecto que costó al erario público 82 millones de pesos.

La construcción de las escaleras se le adjudicó a la empresa Compañía Constructora LMI S.A. de C.V. a través del acuerdo comercial AAO-DGODU-LPNL-1-018-2020 que se puede consultar en el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) de la alcaldía Álvaro Obregón.

En total, por la edificación del sistema de desplazamiento se le pagó a la compañía un monto de 77 millones 268 mil 296 pesos, en un periodo de ejecución de obras del 30 de abril al 1 de diciembre de 2020. En tanto la supervisión de las obras se le adjudicó a Constructora Arasu por medio del contrato AAO-DGODU-IR-L-2019-2020, cuyo pago se acordó por 4 millones 464 mil 677 pesos.

Con estas cifras, el costo final del proyecto alcanzó la cifra de 81 millones 732 mil 973 pesos.

AM.MX/fm

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