domingo, diciembre 15, 2024

LA MISERIA TIENE ROSTRO DE MUJER

Por Norma Meraz

 

Hoy 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la mujer, desde el siglo XIX, las mujeres  han exigido mejores condiciones de trabajo.

El 8 de marzo de 1857 un grupo de obreras textiles en Estados Unidos, organizan una protesta para exigir mejores condiciones y derechos laborales.

En 1908 en las calles de Nueva York, se manifiestan 15 mil mujeres que demandan reducción de horas de trabajo, mejores salarios y también piden derecho al voto  y que no trabajen los niños.

En ese mismo año, se lleva a cabo la Conferencia Internacional  de las Mujeres Socialistas que exigen respeto a sus  derechos.

El año de 1975 es declarado por la ONU el Año Internacional de la Mujer y se fijó el día 8 de marzo como Día de las mujeres.

En México han sido muchas las mujeres que han bregado para lograr el reconocimiento de sus derechos.

La primera médica cirujana en nuestro país fue Matilde Montoya , doctora egresado  de la Universidad Nacional de México-hoy UNAM- fundada por Porfirio Díaz.

En 1975 se conmemoró en nuestro país, el Año Internacional  al de la Mujer, encabezado por Doña Ma. Esther Zuno de Echeverria se realizó un seminario internacional con el tema de la defensa de los derechos humanos de las mujeres.

Participaron innumerables activistas entre ellas: la esposa del Presidente de Egipto Anuar El Sadat, la del Presidente de Tanzania Julius Nierere, la del Presidente de Senegal, Sedar Sengor  y la esposa del presidente de Filipinas Imelda Marcos .

Doña Ma. Esther Zuno de  Echeverria, esposa del Presidente Luis Echeverria, entre los muchos programas sociales que desarrolló, fue el de “parteras empíricas”.

Eran mujeres del campo traídas de todo el pais a la Ciudad de México para capacitarlas en la atención de los partos y adiestrándola s en todo tipo de acepcia y cuidado de la madre y el hijo al nacer.

Ante la imposibilidad de enviar un médico a cada comunidad para atender los nacimientos , se llevó a cabo este programa con médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social y se capacitaron a 23 mil parteras.

Otro programa auspiciado por Doña Ma. Esther Echeverria, fue el de “huertos familiares”que, consistía en hacer hortaliza y huerto el patio de la casa de los campesinos , enseñándoles a sembrar y plantar semillas regadas a base  de hidroponia y así de esta manera, producir sus propios alimentos , permitiendo a las mujeres cuidar a sus hijos y ayudar a la economía del hogar .

Cuán lejos quedaron los programas sociales qye pretendían enseñar a la gente del campo a producir su propio alimento y a generar riqueza en sus comunidades, en lugar de acostumbrarlos a la dádiva que hoy se llama “ Prospera” y sin proporcionarles las herramientas que abonen a la superación de la pobreza .

La palabra mujer tan llevada y traída en estos tiempos políticos, solo sirve para llenar de vocablos un discurso; para hacer creer a las mujeres que, tienen un lugar en la sociedad  y que ejerzan su derecho a votar el Uno de julio; que a cambio recibirán una  “tarjetita rosa” para hacerse de una pensión como les prometió el hoy gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo III.

Hoy la mayoría de las  mujeres  que participan en la política, son las mismas de siempre y nunca han querido incorporar a otras que vengan a refrescar y enriquecer el quehacer político.

La mujer en este país es sujeto de abuso, de explotación y marginación, cuando no de asesinato.

Existen 2.4 millones de trabajadoras domésticas  que  son desoídas en el  Congreso cuando reclaman que se respete el Convenio firmado en 2011, mediante el cual se respetarían los derechos laborales.

Y  qué decir de las indígenas tortilleras de la Sierra Negra de Puebla que recorren descalzas varios kilómetros para vender de puerta en puerta sus tortillas hechas a mano.

Durante el año 2017 se registraron 12,811 feminicidios ; 6,444 mujeres violadas y 1,517 casos de acoso  sexual denunciados.

En un país en donde el 52% de la población son mujeres y conforman más de la mitad del padrón electoral, deberían existir políticas públicas para atender a las madres del 48% de los hombres de este desdichado país.

No se trata de festejar, mejor de respetar y reconocer lo que a las mujeres les corresponde.

Si que duele, pero:

Digamos la Verdad!

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