jueves, marzo 28, 2024

La esperanza de vida en México es una de las más bajas de la OCDE

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de noviembre (AlmomentoMX).- La esperanza de vida en México es una de las más bajas de la OCDE. Esto se explica en parte por los limitados recursos disponibles para el tema de la salud, con los consecuentes impactos en el acceso y la calidad de la atención.

Las altas tasas de obesidad son  también uno de los principales  problemas  de  salud  pública.  No  obstante,  se  ha  logrado  un  gran  avance;  hoy,  la esperanza de vida es 14 años mayor que la de 1970.

La esperanza de vida al nacer era de 75 años en 2015, en comparación con el promedio de la OCDE de 80.6. Si  bien  la  esperanza  de  vida  ha  aumentado  considerablemente  desde 1970, el  avance  se  ha  desacelerado  desde principios de la década de 2000.

Los mexicanos tienen la segunda prevalencia más alta de obesidad en la OCDE (33% de los adultos), y la más alta proporción general de población con sobrepeso u obesidad (73%).

Sin embargo, el país tiene también las tasas más  bajas  de  consumo  diario  de  tabaco (7.6%

En comparación  con  el  promedio  de  la  OCDE  de 18.4%) y  consume  poco alcohol (5.2 litros de alcohol puro anual per cápita en comparación con el promedio de la OCDE de 9.0 litros).

El acceso a la atención, medido, por ejemplo, por la cobertura de la población por el seguro de salud, es menor que el promedio de la OCDE  en México, aunque ha mejorado significativamente con el tiempo debido a las reformas del Seguro Popular.

Las tasas de mortalidad posteriores a un infarto agudo al miocardio (ataque cardiaco) son las más altas  en  la  OCDE  y  equivalen  a  28%  de  las  admisiones  (cerca  de  cuatro  veces  mayores  que  el  promedio  de  la  OCDE  de 7.5%).  Al  mismo  tiempo,  México  muestra  un  desempeño  relativamente  bueno  en  términos  de  reducir  al  mínimo  las admisiones hospitalarias por condiciones que podrían tratarse con éxito en instalaciones de atención primaria, como el asma y la EPOC.

El gasto en salud promedio de $1080 por persona (ajustado a estándares de vida locales) es cuatro veces menor que  el  promedio  de  la  OCDE  de  $4 003.  México tiene 2.4 médicos  por  cada 1000 habitantes,  en  relación  con 3.4 en promedio en la OCDE, y cuenta con menos de un tercio del número de enfermeros/as y camas de hospital por cada 1000 habitantes que el promedio de la OCDE.

Los gastos de las familias en salud son los segundos más altos en la OCDE

Durante  la  última  década,  la  inquietud  por  el  acceso  a  la  atención  y  los  efectos  empobrecedores  de  los  costos  de  atención sanitaria  asumidos  directamente  por  las  familias  hicieron  que  las  autoridades  aumentaran  su  inversión  en  salud.  El  programa Seguro Popular ha sido un ejemplo exitoso de la ampliación de la cobertura de atención en salud para los exicanos no afiliados al sistema de seguridad social. Desde su puesta en marcha en 2004, el programa ha extendido la cobertura de seguro de salud a 50 millones de personas más. En consecuencia, el gasto de bolsillo como porcentaje del gasto en salud ha bajado 12.6% desde 2009.

Pero  es  necesario  hacer  más.  Si  bien  asignar  recursos  adicionales  a  la  salud  no  basta  por  sí  solo  para  garantizar  mejores resultados en el tema (hay que gastar ese dinero con inteligencia), en 2016 México gastó $1 080 por persona (cifra ajustada a los estándares locales de vida), la menor cantidad entre los 35 países de la OCDE y la tercera más baja en la OCDE como porcentaje

del PIB. Además, la tasa de crecimiento del gasto en salud disminuyó en años recientes y permanece ligeramente por debajo del promedio  de  la  OCDE,  a  diferencia  de  otros  países  de  la  Organización  con  niveles  de  PIB  comparables  a  los  de  México.  El sistema  de  salud  del  país  afronta  ineficiencias  y  sigue  sumamente  fragmentado,  pues  distintos  subgrupos  ofrecen  diferentes niveles de atención a diferentes grupos de personas y a precios diferentes. Este es un aspecto del sistema de salud de México que es esencial mejorar. Algunas  de  las  consecuencias  del  gasto  relativamente  bajo  del  gobierno  en  salud  son  un  peor  acceso  a  la  atención  y  una  alta carga  financiera  para  las  familias.  En  México  el  gasto  de  bolsillo  permanece  alto: 41%  del  gasto  general  en  salud,  el  segundo gasto más alto en la OCDE y el doble del promedio de la Organización de 20%.

La fuerza laboral de salud también está sobreutilizada y se requiere una distribución más equilibrada de los recursos en el país.

Pese al  aumento  en el número  de médicos  y  personal  de enfermería  suscitado en  la  última  década,  México  tiene  relativamente pocos  trabajadores  en  el  área  de  la  salud,  en  particular  de  enfermería  (2.8  enfermeros/as  por  cada  1  000  habitantes,  en comparación con el promedio de la OCDE de 9). La distribución geográfica de estos médicos y enfermeros/as es también motivo de inquietud. En tanto que la Ciudad de México hay 3.9 médicos por cada 1 000 habitantes (arriba del promedio de la OCDE de 3.4), en otros estados solo hay de 1.3 a 2.2.  .

La obesidad está reduciendo drásticamente la calidad de vida y la esperanza de vida en México Ubicada en poco más de 33%, la tasa de obesidad de adultos de México es la segunda más alta en la OCDE y mucho mayor que el  promedio  de  la Organización  de  19.4%.  Además,  35%  de  los  adolescentes  de  12  a  19  años  de  edad  tienen  sobrepeso  u obesidad. Por otra parte, el consumo de frutas es uno de los más bajos en la OCDE. La obesidad constituye un reconocido factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas. Por ejemplo, explica en gran medida por qué México tiene la prevalencia más alta de diabetes entre los países de la OCDE (15.8% de los adultos afectados, más del doble del promedio de la Organización de 7%).

Los  altos  índices  de  obesidad,  junto  con  otros  factores  como  el  poco  avance  en  la  reducción  de  mortalidad  por  padecimientos circulatorios, las altas tasas de muertes por accidentes de tránsito y homicidios, así como las persistentes barreras de acceso a la atención de calidad, explican por qué las ganancias en esperanza de vida en México se han desacelerado en años recientes (+3.8 años entre 1985 y 2000, en relación con +1.7 años entre 2000 y 2015)

Como respuesta al problema de la obesidad, en fecha reciente México puso en marcha varias políticas dirigidas a mejorar la salud de la población. Algunas son el pago de impuestos por bebidas azucaradas, la colocación de etiquetas con información nutricional en los productos alimenticios y una mejor regulación de los alimentos anunciados para los niños. Desde la aplicación del impuesto a las bebidas azucaradas en 2014, la compra de refrescos bajó (una reducción de 5.5% en el primer año, seguida de una baja de 9.7% en el segundo año) y quienes más redujeron su consumo fueron las familias más pobres. Combatir la obesidad requiere más que una sola medida preventiva, ya que únicamente se conseguirá un cambio fundamental implementando estrategias de amplio alcance que aborden múltiples factores determinantes de salud a la vez.

AM.MX/fm

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