CIUDAD DE MÉXICO.- Lo que inició como un compromiso binacional, hoy representa una amenaza para el suministro hídrico en México y para la relación diplomática con Estados Unidos. La deuda de agua que el país mantiene con su vecino del norte, como parte del Tratado de Aguas de 1944, supera los 1,600 millones de metros cúbicos y ha encendido alertas en ambos lados de la frontera.
“El reto no es solo diplomático, es estructural. Necesitamos rediseñar la forma en que gestionamos y tratamos el agua. No podemos depender del ciclo hidrológico cuando la variabilidad climática llegó para quedarse”, explica Lucas Barrionuevo, cofundador de Somos PURA, empresa especializada en purificación de agua.
El tratado está bajo presión
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar a Estados Unidos 2,160 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años, provenientes del río Bravo. A cambio, EUA transfiere 1,850 millones de metros cúbicos anuales desde el río Colorado.
Aunque el acuerdo ha funcionado por años, el cambio climático, la sequía y la sobreexplotación de cuencas han complicado su cumplimiento. Dicha situación ha llevado a las autoridades estadounidenses a calificar el retraso como una violación del acuerdo.
Incluso, en abril, el presidente Donald Trump reavivó la tensión al señalar públicamente el incumplimiento mexicano. Aunque después se alcanzó un acuerdo para evitar sanciones, el problema persiste.
¿El abasto de agua está en entredicho?
Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila enfrentan una doble presión: cumplir con el tratado y abastecer a su población y sectores productivos. No obstante, la sobreexplotación de acuíferos, el descenso en las precipitaciones y la alta demanda agrícola han llevado a niveles críticos en presas y ríos.
El incumplimiento podría tener consecuencias. Estados Unidos ha planteado la posibilidad de imponer sanciones comerciales, lo que afectaría sectores como la agroindustria, la manufactura y el comercio transfronterizo.
Por ello, México llegó a un acuerdo con EUA en el que se compromete a:
⦁ Transferir de inmediato agua desde embalses internacionales.
⦁ Aumentar los volúmenes asignados en seis afluentes del río Bravo.
⦁ Desarrollar un plan conjunto para el próximo quinquenio.
⦁ Establecer un mecanismo de consultas anuales de alto nivel.
Agua regenerada, compromiso renovado: hacia un enfoque Water Positive
Frente a este contexto, iniciativas como Water Positive abren un camino concreto hacia soluciones regenerativas. Estos proyectos se basan en el concepto de Volumetric Water Benefit (VWB), una métrica avalada internacionalmente que permite calcular el volumen de agua recuperada, tratada o devuelta a la naturaleza como parte de una estrategia de gestión sostenible.
Entre las líneas de acción Water Positive impulsadas por PURA están:
Agricultura regenerativa con agua purificada: En regiones agrícolas como La Pampa (Argentina) y Quintana Roo (México), se han instalado sistemas modulares de ósmosis inversa y adsorción nanotecnológica que transforman aguas salobres o residuales en agua de riego de alta calidad. Esta solución ha mejorado los rendimientos, reducido el estrés hídrico y generado beneficios hídricos verificables (VWBs).
Desalinización sostenible para usos comunitarios y productivos: En comunidades costeras y hoteles de zonas áridas ya se aplica tecnología de desalinización inteligente que reduce la presión sobre los acuíferos y garantiza agua segura sin depender del uso de botellas plásticas. El sistema opera de forma eficiente, digital y escalable.
Recarga activa de acuíferos: A través del tratamiento avanzado de aguas residuales y su infiltración controlada, se promueve la restauración del equilibrio hídrico en zonas afectadas por la sobreextracción. Estas acciones quedan registradas como VWBs permanentes en la contabilidad hídrica de cada territorio.
“Cada litro tratado, regenerado o devuelto cuenta. Pasar de una visión extractiva a una regenerativa del agua no solo alivia deudas como la que hoy nos compromete con Estados Unidos, sino que fortalece nuestra soberanía hídrica”, concluye Lucas Barrionuevo.
AM.MX/fm