*El dinero de las drogas es parte inherente de la economía del mundo y hay poco conocimiento de lo que representa. Pero hurgando en los subterráneos de esta actividad, podemos identificar que las ganancias que genera anualmente son $970 billones de dólares. Casi el PIB de México
Gregorio Ortega Molina
La estrategia de comunicación del actual gobierno es eficiente. Lograron que el huachicol, que con todo es el menor de los males, sustituyera la trascendencia e importancia de contener al narcotráfico y los barones de la droga. Las consecuencias inmediatas y a largo plazo del tráfico de estupefacientes -y todo lo que conlleva- son inconmensurables, porque laceran el valor más preciado que tenemos para el futuro: seres humanos.
En un correo enviado por Guillermo Fárber encuentro la siguiente aseveración: “El dinero de las drogas es parte inherente de la economía del mundo y hay poco conocimiento de lo que representa. Pero hurgando en los subterráneos de esta actividad, podemos identificar que las ganancias que genera anualmente son de unos $970 billones de dólares. Casi el PIB de México y superior al de muchos países del mundo. Esto nos puede dar pistas de lo esencial del dinero de las drogas para el sistema financiero mundial, porque proporciona la liquidez necesaria para poder sostener el gigantesco inventario de valores inflados, derivativos y burbujas de inversión en los EU y la Gran Bretaña”.
A saber si así es, lo verídico, lo que puede certificarse es que en México combatirlo ha costado alrededor de medio millón de vidas en dos sexenios, doce años de gobiernos de alternancia, como para que este tema quede relegado por el escándalo del robo de gasolinas, que se ha convertido en un altísimo impuesto al ocultamiento del desabasto de combustibles, debido a un proceso contable y de revisión sobre las posibilidades de revertir contratos, con el pretexto de evitar una supuesta corrupción en los que están firmados y son válidos hasta ahora.
Escurrió en algunas columnas políticas y en comentarios de café incomprobables, el supuesto deseo gubernamental de adquirir gasolinas en Venezuela. Me niego a creerlo, equivaldría a moverle el pelo a Donaldo Trump, y además evitar que se lo reacomode de inmediato.
¿Qué el diseño del combate al narcotráfico está basado en una estrategia que afecta las finanzas de ese negocio? ¿Cuánto de los miles de millones de dólares de ese dinero negro y tinto de sangre se recicla en las economías formales, porque así lo exigen las estadísticas del desempeño económico?
El juicio a Joaquín El Chapo Guzmán nos remite a la historia reciente del narcotráfico, muy alejada del actual combate que debe efectuarse día a día, pero del cual ahora no quieren que se hable, y nos ofrecen otro circo mediático.
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