miércoles, abril 24, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: ¿Qué pesa más en canasta básica, el PIB o el poder adquisitivo del peso?

*Debemos estar satisfechos, la regeneración nacional crea al nuevo mexicano, bien alimentado, optimista, con múltiples opciones para hacer de su vida profesional el baluarte en que puede convertirlo el PIB con el que este gobierno sueña

 

Gregorio Ortega Molina

Están equivocados si creen que acabó la época de las grandes aventuras, de los descubrimientos, de los viajes a lo ignoto. Todo eso puedes vivir cuando sales de casa a la compra para llevar comida a la mesa, a tus hijos.

     ¿Exagero? Para vivir la aventura, lo primero que ha de hacerse es considerar el ingreso. Si debes ajustarte a los $3,100.00 bimestrales, y si todavía vives en pareja y sumas lo del cónyuge, cuentan con $6,200.00 pesos, lo que debiera garantizarte que puedes elegir, al menos, varios de los alimentos de la canasta básica, siempre y cuando no debas apartar para el celular, los cigarros, la luz, el agua, porque entonces la odisea que quieres iniciar, alcanza los niveles de epopeya.

     Lo primero que enfrentarás es la desilusión, pues si antes de 2018 podías darte un gustillo (comprar aguacates) y conservabas la libertad de elección, hoy, con el valor de adquisición que trae el peso, has de conformarte para lo que te alcanza.

     Partamos de los requerimientos alimenticios que tienen las personas mayores de 65: verduras, fruta, carne, pollo, pescado. Si después de pagados los servicios la pareja cuenta con $5,000.00 para dos meses, es cuando se inicia el rechinar de dientes, la salivación y el tronarse los dedos. Quien acude al mercado, o al tianguis, a al abarrotero de la esquina, empieza a preguntarse si recuerda el sabor de la sierra para el ceviche, o del retazo con hueso para el puchero, o de las patas y menudencias para el arroz o el fideo con pollo.

     En cuanto a los nutrientes que necesita de las verduras, está menos difícil, los nopales, las papas, calabaza, zanahoria, en la época de la flor de calabaza para las quesadillas, pues son asequibles, pero ¿el queso? ¿A cómo? ¿Para cuántas quecas? Ni pensar en las diversas variedades de hongos. El clavito, la morilla… comer se convierte en un asunto de ricos de paladar delicado.

     ¿En cuánto a la fruta? No manchen, una pareja de ancianos que únicamente cuenta con los ingresos de la tarjeta del bienestar, no encontrará la manera de comerse un mango de manila, un mamey, higos, zapote prieto, duraznos, manzana, papaya, melón… vamos, ni tunas, en septiembre rondó los 25-30 pesos kilo.

     Así es amigos, la dieta del mexicano fue modificada por imposición y ajustada al poder adquisitivo del peso. Podrá constatarse que la economía quizá crezca, que el PIB está arrebatador, que el gobierno sueña con hacer historia, que Andrés Manuel ya no se esponja en las mañaneras, porque los mexicanos, todos, comemos a llenar, a nuestra plena satisfacción, sin privaciones en los nutrientes básicos.

     Debemos estar satisfechos, la regeneración nacional crea al nuevo mexicano, bien alimentado, optimista, con múltiples opciones para hacer de su vida profesional el baluarte en que puede convertirlo el PIB con el que este gobierno sueña.

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Las fotografías, las actitudes, las miradas… todo el lenguaje corporal permiten intuir quien será el verdadero gobernador de Guerrero. Papi Salgado se apresta a mandar a trasmano, y que Dios agarre confesados a los guerrerenses.

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En Sonora no cantan mal las rancheras en cuanto a la claudicación del Estado de Derecho. Lo ocurrido en Cajeme propicia que estemos atentos a lo que sucede en el Palacio de Gobierno de Hermosillo, donde Alfonso Durazo se apresta a imponer su voluntad, pero habrá de transigir con poderes superiores a los constitucionales y legales.

www.gregorioortega.blog                                              @OrtegaGregorio

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