domingo, octubre 13, 2024

La Costumbre del Poder: Otis, nos faltan #45, Guerrero es más que Acapulco, el dilema del desarrollo y del futuro I/V

*Todo indica que no se servirán de la resiliencia, porque en las prisas por conservar la aceptación popular y los votos para junio de 2024, el gobierno cerró los ojos al urgente y necesario reordenamiento urbano de Acapulco. Así lo hicieron público; además, menosprecian la aceptación de Norma Lucía Piña Hernández de servirse de los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación. Para colmo la convierten en interlocutora de Luisa María Alcalde, porque Andrés Manuel López Obrador teme la autoridad moral de la presidenta de la SCJN

Gregorio Ortega Molina

Son pocos los meses constitucionales que quedan al presidente de la República para mostrar su voluntad de cambio, la auténtica transformación moral de México. Perdió la oportunidad de trascenderse a él mismo, careció de imaginación para presentar un plan maestro para reconstruir y remodelar Acapulco. Ya no conoceremos su verdadero tamaño político y humanista.

     El desafío inicia como un reto a la imaginación y al lenguaje, y con la necesaria lectura de los reportajes o crónicas de León Krauze publicados en El Universal, porque Acapulco no es la Costera, ni Caleta, o Pie de la Cuesta, o Puerto Marqués, mucho menos la zona Diamante. Guerrero es mucho más, pero nadie quiere poner los ojos sobre el Renacimiento y las otras colonias donde viven, sufren y sueñan los que hacen vibrar al otrora paraíso turístico con su trabajo.

     Cuál es el término adecuado, desde el punto de vista urbano, arquitectónico, social, económico, ecológico: ¿rediseñar, reconstruir, refundar?

     Quizá lo primero es diagnosticar y reconocer errores y vicios en el modo como se decidió el desarrollo de Acapulco: puerto turístico, zona de glamour, sede de una imagen internacional de México amplificada por las ceremonias de las reseñas cinematográficas y los tianguis turísticos; también porque lo eligieron para vivir u ocultarse personas como Howard Robard Hughes.

     ¿Hace cuánto que, desde el punto de vista de promoción turística, desaparecieron los clavadistas de La Quebrada? ¿Alguien recuerda Las Brisas? ¿A los niños nadando en Pie de la Cuesta?

     En cuanto a “lo feo”, recordemos las reiteradas denuncias sobre la contaminación de las playas del puerto, o la machacona insistencia de que en sus aguas descargaban los desagües de hoteles y mansiones y condominios. ¿Es lo que se desea reconstruir, o es posible aspirar a un rediseño ecológico y urbano que enorgullezca a los propietarios y a los lugareños?

     Todo indica que no se servirán de la resiliencia ni a la gentrificación, porque en las prisas por conservar la aceptación popular y los votos para junio de 2024, el gobierno cerró los ojos al urgente y necesario reordenamiento urbano de Acapulco. Así lo hicieron público; además, menosprecian la aceptación de Norma Lucía Piña Hernández de servirse de los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación. Para colmo la convierten en interlocutora de Luisa María Alcalde, porque Andrés Manuel López Obrador teme la autoridad moral de la presidenta de la SCJN

     Presidencia de la República difundió el Plan general de reconstrucción y apoyo a la población afectada en Acapulco y Coyuca de Benítez por el huracán Otis, cuyos dos primeros puntos indican:

Apoyar con todo lo necesario a los familiares de quienes perdieron la vida por el huracán e intensificar la búsqueda de los desaparecidos, acompañando siempre a sus seres queridos.

Adelantar dos meses, desde el lunes próximo (cuando las sucursales bancarias permanecían sin luz), el pago de todos los Programas para el Bienestar: pensión a adultos mayores, a personas con discapacidad, becas, apoyo a productores, pescadores, jóvenes y otros.

     Es decir, más de lo mismo, mejoralitos para que todo siga igual.

www.gregorioortega.blog                                                       @OrtegaGregorio

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