*Lo escuché en una película de los hermanos Rodríguez: el que nace pa maceta no pasa del corredor. Y así nos va como patria, nación, Estado
Gregorio Ortega Molina
A partir de septiembre u octubre será en las calles, las fábricas, los comercios y las estadísticas sobre violencia y seguridad pública, donde encontraremos la respuesta a la pregunta que hoy nos hacemos todos: ¿fue acertada o desatinada la acción gubernamental frente a la crisis bicéfala de salud y economía?
El mejor instrumento de medición está en los monederos de las amas de casa, en la manera en cómo pueden proveer de alimentos y cuidar de la salud a sus familias. Tampoco se trata de que haya comida para desperdiciarla, pero sí de que sea agradable al gusto, a la vista y, además, dé los nutrientes necesarios para el sano crecimiento de los hijos y al buen desempeño en el trabajo de los adultos. Si crece el empleo infantil, de manera ilegal, pero necesaria, estaremos frente a uno de los indicadores de los buenos o malos resultados de la acción económica y las consecuencias del costo de los programas sociales, o las obras de Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya.
Si los barones de la droga se engallan y los halcones se multiplican en número, y pareciera que para el tráfico de estupefacientes no hay frontera entre México y Estados Unidos, nos encontraremos ante una de las variantes necesarias para encontrar dinero, aunque sea negro, y asegurar una reactivación económica, al menos como lo logró Miguel de la Madrid durante el bienio 83-84. Las descalificaciones de las calificadoras y los bonos basura de Pemex, son un aviso de lo que se nos viene encima.
Si el número de indigentes que, antes del encierro, habitualmente me encontraba durante mis paseos a pie crece, se mostrará que hubo expulsión desde las entidades federativas y/o escapes de los centros de detención de migrantes, o estaciones. El riesgo es que esta indigencia pueda derivar en delincuencia, porque cuando el hambre aprieta se pierden los valores y aparece la indecencia.
¿Cuál es el número de muertes debidas a la pandemia, que la sociedad le toleraría al sistema de salud del gobierno, a la 4T y a la promesa de que, por esta vez, efectivamente serían primero los pobres? La razón, la lógica, la ética y la moral indican que ni una víctima de la violencia o de la falta de previsión en salud es tolerable, pero como todavía no se sabe, y nunca se sabrá, si el Covid-19 es un accidente de la naturaleza o un virus de laboratorio, el reparto de culpas tardará.
Sin embargo, lo que nunca cesarán son los malabares verbales de AMLO, para esforzarse en convencernos que durante esta crisis cuyos efectos en el ánimo, la razón, los bolsillos y la salud todavía no concluye, se puso en primer lugar a los pobres, porque, a todas luces, resulta que hoy el país está más jodido que ayer, y sólo unos cuantos mexicanos pueden sonreír al futuro.
Lo escuché en una película de los hermanos Rodríguez: el que nace pa maceta no pasa del corredor. Y así nos va como patria, nación, Estado.
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