jueves, abril 18, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Hambre sin alimentos IV/V

*Como los programas sociales de las políticas públicas gubernamentales todo lo politizan, también todo lo enredan. La Alianza Nacional contra el Hambre y las becas no resuelven el desempleo ni la crisis alimentaria que éste desata

 

Gregorio Ortega Molina

Imposible eludir los temas bíblicos cuando se trata del destino del ser humano, de su comportamiento, de esa conducta que le da el carácter descubierto por Thomas Hobbes: el hombre es el lobo del hombre.

     El comportamiento no se modifica, solo se acentúa. La risueña crueldad que se esconde en la comisura de los labios, deja salir los colmillos en cuanto la crisis afecta las pretensiones y los sueños de los portadores de un alma que se extingue. Advierte el Génesis: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás”.

     Pero de esa admonición ya nadie se preocupa, de la misma manera en que la alteridad adquiere la forma de un teclado de computadora, y la razón o el alma o el espíritu se concibe como un chip que todo lo resuelve. Cambiamos el árbol del bien y del mal, por el cerebro cibernético que nos da la certeza de una respuesta, cualquiera que sea, aunque todo lo trastoque.

     Por eso ya deja de alarmarnos lo que informa el INEGI, cuando indica que “en abril de 2020, con cifras desestacionalizadas, el Índice Global de Personal Ocupado de los Sectores Económicos (IGPOSE) registró un nivel de 105.1 puntos, y presentó una disminución de 3.7% respecto a marzo de 2020; en su comparativo anual, este índice tuvo una disminución de 4.8%, también con cifras desestacionalizadas.

     “El nivel más elevado para este índice es el registrado en mayo de 2019, con 110.8 puntos”.

     Sin empleo, ¿cómo acceder a una nutrición básica? Hemos podido constatar que los programas sociales de este y los gobiernos anteriores, nada resolvieron ni resuelven. Cuando se tuvo el control de la manera en que las tarjetas de débito eran usadas, resultaba casi imposible adquirir bebidas alcohólicas, tabaco o artículos innecesarios para vivir.

     La demonizada iniciativa privada cumple con su parte, tal como se indica en el texto de Ana Bertha Pérez Lizaur, Mariana Jiménez y Bernardo Landeros, a través del cual nos enteramos de que el funcionamiento de Alimento para todos, IAP, se basa en su modelo de intervención para el desarrollo social, conformado por tres programas.

  1. Programa de Formación Integral, que promueve entre los beneficiarios su organización como grupo para un mejor manejo de los alimentos que reciben;
  2. Programa de Atención Alimentaria, que pretende incidir en la seguridad alimentaria de los beneficiarios, y
  3. Programa de Alianzas Estratégicas, que siembra, organiza y valora la participación de personas, instituciones y organizaciones civiles y gubernamentales.

     Es preciso subrayar que el programa de organización alimentaria define el patrón alimentario, el acopio de alimentos, su almacenamiento, el cálculo nutrimental para la entrega de esos alimentos, la clasificación para la dignificación y la distribución de paquetes alimentarios.

     Como los programas sociales de las políticas públicas gubernamentales todo lo politizan, también todo lo enredan. La Alianza Nacional contra el Hambre y las becas no resuelven el desempleo ni la crisis alimentaria que éste desata.

www.gregorioortega.blog                                     @OrtegaGregorio

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