*“Entre 2018 y 2024 el monto de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores creció 471%, al pasar de mil 160 pesos bimestrales al inicio del sexenio, a 6 mil pesos cada dos meses hacia el último año de la administración”; debemos preguntarnos si el gobierno que asume la responsabilidad del bienestar de los mexicanos, tiene la más remota idea de la bronca, o no tendrá remilgos en profundizar la idea de #narcopresidente, #narcoEstado. ¿Es el futuro ofertado por la 4T?
Gregorio Ortega Molina
Durante muchos años los mexicanos hemos contribuido al engaño. Compramos y difundimos la idea de la importancia de la paridad que se establece entre el peso y el dólar, cuando lo que debiéramos defender es el poder adquisitivo de nuestra moneda. Es la piedra de toque de la economía.
Durante 2018 el dólar nos costó entre 22 y 23 pesos, con sus variaciones y presiones por el periodo electoral. De seguro somo incapaces de recordar cuánto bienestar adquiríamos en ese año con cien dólares, es decir dos mil doscientos pesos en promedio. Puede medirse el desgaste del poder adquisitivo de la moneda mexicana, con el incremento a la pensión de los adultos de la tercera edad.
Las cifras no mienten. Asegura la efeméride económica: “Entre 2018 y 2024, el monto de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores creció 471% al pasar de mil 160 pesos bimestrales al inicio del sexenio, a 6 mil pesos bimestrales hacia el último año de la administración”, pues bien, quizá debiera considerarse que la depreciación del súper peso durante el sexenio equivale a ese porcentaje; es decir, lo que usualmente adquiríamos con cien pesos en 2018, hoy resulta insuficiente para alimentar el optimismo de los mexicanos en el gobierno del cambio.
Obvio que la paridad importa, porque ésta determina nuestra relación comercial con el mundo y establece el trato con la inversión extranjera. Sin embargo, eso no resuelve el problema económico interno, porque de lo que se trata es precisamente de ese bienestar tan cacareado y, al mismo tiempo, puesto lejos del alcance del poder adquisitivo del México bueno y sabio. ¿Qué pueden importarnos las casas de Rocío Nahle y Manuel Bartlett, o el desfalco de Segalmex, o el hecho de que Germán Larrea use el río Sonora como letrina?
Lo que realmente nos afecta es que por estupidez gubernamental deje de cumplirse en el mandato constitucional de salud, educación, seguridad, libre tránsito. Lo que efectivamente nos importa es que nos dejamos engañar con el infundio de un súper peso que no satisface ni los requerimientos del viene viene, del pordiosero, de ayuda a los viejitos que se alquilan en las tiendas de autoservicio por las propinas.
Debemos preguntarnos si el gobierno que asume la responsabilidad del bienestar de los mexicanos, tiene la más remota idea de la bronca, o no tendrá remilgos en profundizar la idea de #narcopresidente, #narcoEstado. ¿Es el futuro ofertado por la 4T?
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