*¿En qué medida la percepción económica de los gobiernos y los capitanes de empresa, de los barones del narco, de los especuladores y las iglesias, está determinada por las normas morales y éticas de su fe, su religión, su creencia, la necesidad de salvar el alma? El dinero cuenta, y mucho
Gregorio Ortega Molina
En cuanto aparecen sucesos que, de momento, carecen de explicación, porque producen temor, susto, miedo o pavor, lo que abunda entre los analistas serios, las redes sociales, los observadores políticos, es el cretinismo, la ignorancia, el olvido absurdo de que saben historia, pero no la recuerdan o prefieren olvidarla.
Abundan las explicaciones sobre cómo y por qué la pandemia iniciada en China es una guerra económica. Me pregunto y les pregunto, lectores, ¿qué guerra no es económica, desde aquellas en que los nómadas se disputaron los territorios de caza, y los primeros sedentarios las mejores tierras de cultivo, porque lo importante era, y es, comer, vivir, hacer?
Reproduzco lo esencial de un texto que me comparten, porque simula inteligencia, pero sólo es
repetitivo de lo que ya sabemos.
“No es un Virus, es una Guerra Fría y la consecuencia no es una pandemia, será una gran recesión mundial”
Hace 20 años se decía que, en un futuro, las guerras dejarían de ser conflictos armados para convertirse en guerras biológicas y económicas, porque la forma “más factible” de destruir a una nación, es destruyendo su moneda. Pues ese día llegó.
Las dos economías más grandes del mundo: Estados Unidos y China.
En marzo de 2018 comenzó un conflicto comercial entre Estados Unidos y China, cuando el presidente Trump anunciara la intención de sancionar a productos chinos por 50,000 millones de dólares, argumentando un grave historial de prácticas comerciales desleales y robos de propiedad intelectual. Lo cual es totalmente cierto.
En represalia, el gobierno chino impuso aranceles a más de 138 productos estadounidenses. Y así comenzó esto.
Esta guerra comercial le ha costado a China una importante desaceleración económica que impacta a la economía mundial. Su crecimiento está cayendo: en 2018, 6.6%; en 2019, 6.1% y tiene un pronóstico de 5.4% para 2020.
Por otra parte, esta guerra comercial también ha provocado un sobrecalentamiento de la economía estadounidense, porque ésta es una rivalidad que supera lo comercial, están en juego todos los elementos geopolíticos para desatar una “guerra fría”, que inevitablemente terminará en una gran recesión económica mundial.
Supongo que el término recesión no existía durante el Imperio Romano, pero es incuestionable que expandieron su territorio, con el objetivo primero y único de cobrar impuestos y otros tributos para el bien de su sociedad y la gloria de sus gobernantes.
Incluso las “guerras religiosas” tienen un origen económico inequívoco, como lo fueron las lideradas por Julio II, las Cruzadas, las guerras de Reforma y las del expansionismo islámico.
¿En qué medida la percepción económica de los gobiernos y los capitanes de empresa, de los barones del narco, de los especuladores y las iglesias, está determinada por las normas morales y éticas de su fe, su religión, su creencia, la necesidad de salvar el alma?
El dinero cuenta, y mucho. Mañana, miércoles, ¿qué cambias si estamos ante un virus de laboratorio?
www.gregorioortega.blog