Por José Cruz Delgado
La llegada de Alfredo Ramírez Bedolla y Morena al gobierno, fue la peor maldición que le pudo caer a Michoacán, y dije en una entrega anterior que sería un fracaso su administración.
Hoy tenemos un Michoacán secuestrado por la delincuencia y parece que hay un gobierno paralelo, ajeno al Estado de Derecho, donde impera el terror, confusión y desesperanza entra la ciudadanía, que no confía en las autoridades porque presuntamente están coludidas con los criminales.
Alfredo Ramírez Bedolla presenta un panorama de ensueño, pero la realidad es otra, no hay inversiones, solo promesas y nada más, y si no hay inversión no hay empleo ni desarrollo económico.
Los inversionistas vienen y prometen invertir grandes cantidades de dinero pero solo queda en eso, en promesas, pues no quieren arriesgar su dinero ni la vida en un estado donde impera la ingobernabilidad y está ausente el estado de derecho.
Michoacán es noticia a nivel nacional e internacional, no por sus atractivos naturales, sino por los hechos de violencia, y de esa violencia es cómplice Morena, sus aliados y la 4T, que cayeron como una maldición
Ramírez Bedolla miente, no se ha logrado recuperar la paz y confianza de las y los michoacanos, al contrario, cada día grupos armados rivales se enfrentan y provocan pánico en los municipios, sigue aumentando el número de homicidios, feminicidios y levantones, además de hallazgos de fosas con cadáveres.
A ello hay que atribuirle los cientos de personas desaparecidas a cuyos familiares ni los ve ni escucha. Además, la violencia está orillando a miles de familias a huir de sus lugares de origen y buscar refugio en Estados Unidos y otras ciudades menos peligrosas, aunque no hay para donde correr.
Lamentablemente no hay a dónde ir porque la violencia cabalga en todos los municipios de Michoacán mientras que Ramírez Bedolla y su secretario de seguridad José Alfredo Ortega Reyes se siguen burlando de las y los michoacanos al minimizar los hechos violentos.
Es preocupante la actitud pasiva asumida por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, ante la creciente inseguridad que se vive en la entidad. Reitero, para Michoacán es una maldición tener a Ramírez Bedolla como gobernador, es una maldición la llegada de la 4T, ¿qué pecados cometerían las y los michoacanos para que les haya caído tal imprecación.
El morenista es hasta cobarde, no da la cara ante los hechos violentos, esconde la cabeza como las avestruces y la saca hasta que ya pasaron las cosas, como ocurrió con el secuestro de la presidenta municipal de Jacona.
El muy perverso quiere tapar el sol con un dedo y quisiera que no se dijera nada de su fallido gobierno. ¿O será que le está pagando el favor a quienes lo ayudaron a ganar?
Mire usted hasta donde llega esta administración, pues el secretario de gobierno, Carlos Torres Piña, incapaz de brindar seguridad como debe ser, tuvo el cinismo de recomendar a los productores de limón contratar elementos de la policía auxiliar para su mayor seguridad.
¿Usted cree que los policías auxiliares se atreverían a enfrentar a los delincuentes que tienen armamento muy sofisticado?
¿Usted cree que van arriesgar su vida para proteger a los productores de las extorsiones?
Por cierto, aunque diga el gobierno del estado que se acabaron las extorsiones a los limoneros y otros productores, mienten, siguen como antes y con cuotas más altas, con o sin presencia de autoridades.
Le mala noticia es aún faltan cuatro años de maldición, a no ser que ocurra un milagro y le sugieran a Alfredo Ramírez Bedolla pida licencia y deje el cargo por su incapacidad para gobernar.
Quien creyó que en Michoacán iban a cambiar las cosas con este gobierno de cuarta, se equivocaron, estamos peor antes, está administración está haciendo lo que tanto criticaron de gobiernos anteriores.
Como dije en la entrega de ayer, Ramirez Bedolla quiere lograr aceptación y popularidad con funciones circences sin importar un carajo lo que se tenga que gastar, al fin y al cabo es dinero de los impuestos y ha de decir que el fin justifica los medios.
Si fuera un gobierno de otro partido los morenistas ya estuvieran quemándolo en leña verde, pero como es de su misma especie guardan sepulcral silencio.