Por: José Cruz Delgado
Ahora resulta que el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador es inmaculado, todos son honestos y sin mancha, cuando él mismo criticó a uno de sus flamantes directores, sí, adivinó, nada más y nada menos que Manuel Barttlet, titular de la Comisión Federal de Electricidad.
Después de que fuera denunciado en medios de comunicación que había conflicto de interés y que contaba con múltiples propiedadea que no declaró fue exonerado por la Secretaría de la Función Pública y como siempre a los mexicanos nos quisieron ver la cara, pues no hay duda que fue cobijado por el manto sagrado y protector de López Obrador.
El mandatario Federal habla de honestidad y corrupción en gobiernos anteriores, está obsecado con esa idea que de manera personal creo que no está muy bien que digamos.
El ex prista intenta acallar el descontento que hay con su gobierno que todo lo quiere solucionar con dinero repartiéndolo a manos llenas, supuestamente a los más pobres con el fin de mantenerlos cautivos electoralmente y sacrificando programas sociales echando abajo la economía del país, pues no sólo no ha crecido sino que ha retrocedido.
Habló de que no habría más impuestos en el 2020, sin embargo ya fueron anunciados por la Secretaría de Hacienda a algunos productos, incluso a la gasolina.
Su discurso falso y populachero sigue vigente aunque no cumpla su palabra. Criticó a la clase neoliberal y conservadurismo y gobierna con ella, pero lo mantiene oculto, en el anonimato de manera hipócrita engañando a los mexicanos.
Sin embargo, la ciudadanía está despertando de su sueño y ven que el gobierno que encabeza López Obrador es una pesadilla.
Criticó a gobiernos pasados de repartir dinero y él está haciendo lo mismo para comprar los votos de la gente con el apoyo de los chairo-diputados de Morena y sus aliados para mantenerse en el poder, pero reitero, los mexicanos ya están despertando de su letargo y pagará muy caro el engaño en las próximas elecciones y seguramente perderá la mayoría en las Cámaras. Al tiempo.