jueves, marzo 28, 2024

LA COLUMNA: Alfredo Ramírez e Hirepan Maya, dos diputados grises sin luz propia

Por José Cruz Delgado

 

*A Ramírez le quitaron la coordinación de su bancada por inepto

*Critica a los perredistas y defiendo de doble moral de su amo Andrés manuel López Obrador

 

Seguramente, siguiendo instrucciones de “ya sabes quién” (Andrés Manuel López Obrador) o de la dirigencia de MORENA, dos diputados, uno local y otro federal, que con el fin de de atraer los reflectores porque son incapaces de brillar por luz propia, desde hace tiempo se han dedicado a golpear quien se le ponga enfrente, principalmente al gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, me refiero a los oscuros personajes Alfredo Ramírez Bedolla e Hirepan Maya Martínez.

El fin es muy conocido de todos, debilitar al gobierno con fines electorales y apoderarse a toda costa del estado de Michoacán porque los morenistas y la maldita Cuarta Transformación (4T), quieren que caiga la maldición sobre los michoacanos, como le cayó a México con el Emperador Andrés Manuel López Obrador que ahora gobierna con una nueva casta de liberales y conservadores.

Estos dos legisladores, Alfredo Ramírez Bedolla, un oscuro e insignificante personaje que ganó de “chiripada” por el efecto AMLO la diputación local, desde un principio se ha dedicado a a golpear a la administración perredista, porque solo de esa manera se hace notar, pero lástima Margarito, porque nadie cree en sus embustes, bueno es tanto su ambición de poder que ya se siente con méritos suficientes para buscar la candidatura a la presidencia municipal de Morelia y hasta la gubernatura por MORENA al gobierno del estado de Michoacán, hasta ese grado lo ha llevado su locura y su ambición de poder, cuando como regidor del ayuntamiento de Morelia no hizo más que el ridículo.

Por cierto era perredista y traicionó a ese partido para irse con MORENA, ya se imagina usted la clase de político mediocre que es, porque el que traidor traiciona dos veces, o más, según sea el caso.

Al igual que Cristóbal Arias Solís, primero priista, después perredista y ahora, aunque no está afiliado, morenista, que también llegó a senador de panzaso.

En fin, tanto Arias Solís como Ramírez Bedolla son traidores y buscan el poder sin importarles a qué precio ni su ideología, son mercenarios de la política sin escrúpulos.

¡Hipócritas!

Por otro lado, un tal diputado, plurinominal por cierto, de nombre Hirepan Maya Martínez, de pronto salió a la luz pública, pero no por su trabajo legislatovo sino por atacar al perredista Silvano y su administración, además critica a la dirigencia del PRD, pero guarda silencio ante las ocurrencias y locuras de su “amo”, su eminencia el Emperador (Andrés Manuel López Obrador), porque habla de moral, cuando el propio Andrés, perdón, perdón por la falta de respeto su Majestad, , practica la doble moral al ponerse al servicio de los conservadores y neoliberales, de los más ricos, porque está desgobernando con ellos, pero permite el agiotismo y el enriquecimiento a través de contratos directos, y es más, se puso al servicio de Donald Trump, así que señores diputados, pónganse a legislar en lograr de dedicarse a buscar camorra, porque ese es su trabajo y no quieran sobre salir con ataques a otros.

En fin, estos dos figurines de la política están siendo opacados por otros personajes, pero eso sí, se ufanan de ser muy amigos del Emperador, principalmente el oscuro Alfredo Ramírez Bedolla, que es tan inútil que ni siquiera pudo retener la coordinación de su bancada y fue vergonzosamente destituido.

Bueno su estrategia, al igual que Hirepan Maya, consiste en atacar para salir en los medios aunque digan tonterías que hasta dan pena, perp hasta para ello se requiere estilo e inteligencia, algo que a ellos les falta políticamente hablando, pero como no la tiene caen en el ridículo y en lo absurdo.

¡Pobrecitos que pena dan!

Por cierto, Hirepan sólo representa a su partido MORENA y a sus intereses, es plurinominal, nadie votó por él.

Bueno, sólo para aclarar, no soy perredista para que no se malinterprete.

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