viernes, marzo 29, 2024

ISEGORÍA: Todo caminando

Sergio Gómez Montero*
Desde su superficie de espejo gòtico,
Me contestò un rostro de gnomo:
Anchas mejillas, nariz chata, grandes
Orejas, ojos rasgados
S. Fagundez: “Autorretrato convexo sobre una ciruela oscura”

Recibo, cotidianamente, correos desde Chile sobre la situación política de ese país, expectante pero esperanzadora, que se espera al final se incline hacia un futuro de transición en aquel país, que abra expectativas de cambio para los sectores hoy emergentes y que hasta hoy se mantienen no incorporados con plenitud al desarrollo social de ese país. También en Perú se tienen firmes esperanzas de que, finalmente, las autoridades electorales reconozcan de manera oficial el triunfo del maestro Pedro Castillo y también allí, en ese país se inicie otro proceso de cambio social, mientras en Brasil sueñan ya sus habitantes con la malhadada época de Bolsonaro y que el próximo proceso electoral abra la posibilidad de que otra realidad social se concrete en su territorio.
América Latina bulle y eso es bueno para México, en donde todo parece caminar en orden en el terreno tanto de la política como de la economía, pues nadie le puede, por ahora, disputar la atención a AMLO, quien sigue dominando el panorama nacional y no se ve cómo, hasta 2024, alguien pueda disputárselo. Es decir, mientras Palacio Nacional siga siendo el centro de atención que es hasta hoy, tanto política como economía se van a mover al ritmo que marque ese lugar; un ritmo al que no le gustan sobresaltos ni las salidas fuera de tono, sino que es él el que decide por dónde y a qué velocidad.
Dada así la situación, para el 2024 al menos la política está cada vez más definida: habrá de dos sopas. Una, la dominante, que implica seguir adelante con la 4T en los términos que hoy marca Palacio Nacional, con alguno de los candidatos que ya han sido mencionados desde allí, con difícil posibilidad de una sorpresa. Eso, frente a un candidato de derecha que hasta hoy no se vislumbra (¿Aguilar Camín, Krauze?), conservador, cuyo programa se reduzca a tratar de recuperar un neoliberalismo que ya no atrae a nadie y que tendría escasas posibilidades de arraigar entre los sectores masivos de la población, quien con 38 años de eso ya tuvo de sobra. En tal situación bipolar habría que tomar en cuenta, precisamente, el factor América Latina y el fortalecimiento de China, que hoy, a cien años de haberse fundado allí su Partido Comunista es una verdadera potencia mundial, con una presencia cada vez mayor en la región. Ambos factores, para 2024 serán muy importantes entre nosotros para, así, vislumbrar el futuro con todas sus perspectivas futuras.
Mientras tanto, en nuestros días, entretanto economía y política se mantengan estables pueden, en América Latina, seguirse dando los ajustes sociales que se están dando en diferentes países del área y China seguirse fortaleciendo.
No, no se trata de dormir en nuestros laureles. Sólo de estar atentos a los cambios que de manera inevitable se van a seguir dando.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

 

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