lunes, mayo 6, 2024

ISEGORÍA: Política: nuevas formas de verla… ¿y asumirla?

Sergio Gómez Montero*
Nadie eleva plegarias por los árboles
cuando secos se enleñan hasta el polvo
C. Aldazabal: “Los árboles”

Muchas son las dificultades, sin duda, que conlleva entender la política; peor, diría Foucault, cuando en ella se entromete el cuerpo humano (el cuerpo humano todo); convertida en biopolítica la política cotidiana se torna, en verdad, en un berenjenal de dimensiones mayúsculas, como por el que hoy atraviesa la política a nivel global, que está conmovida por la epidemia del Covid 19, que tiene hoy en vilo a los sistemas de salud, sino lo que es más delicado al sistema social todo a nivel mundial, por las conmociones que se están ocasionando sobre todo a nivel económico.
Decirlo es fácil, Asumirlo es otra cosa.
Es allí cuando la administración pública se vuelve muy difícil de manejar, pues los cánones bajo los cuales opera comienzan a pasar aceite y quiérase que no el motor comienza a cascabelear, hasta llegar al punto de desvielarse . Es cierto, el manejo de la administración pública en tales condiciones siempre es dificultoso, pero cuando allí aparece el cuerpo humano como factor determinante ella tiende a dificultarse de una manera horrorosa, pues manejar vidas humanas es una tarea que sólo quienes hemos tenido que pasar por esa experiencia (en mi caso como paciente de diversos hospitales) sabemos el por qué con ello no se debe de jugar: el temor de guerras en donde hay de por medio armas químicas, biológicas, biogenéticas, realmente dan hoy tanto o más temor que los conflictos con armas nucleares.
Es decir que si bien la política es siempre un juego delicado (las guerras manejan un verdadero arsenal de engaños), cuando alcanza los niveles de sofisticación que se esbozan en la biopolitica, desde luego que no se debe pensar en miedo, sino de gran habilidad para manejar indistintamente lo mismo masas armadas, que think taks que tengan los conocimientos suficientes y requeridos tanto para saber la capacidad hospitalaria de un país o cómo poder aislar en un determinado momento al presidente de la bolsa de valores que se contagió de coronavirus en Acapulco. Esa es la dimensión de los conflictos a los cuales hay que hacerles frente, en situaciones como las actuales. Como sea, pero que en cuestiones políticas los tiempos actuales son tiempos nuevos, creo que nadie lo puede poner en duda, y que eso precisamente obliga a que, como les dijo AMLO, a los banqueros: sí, hay tiempos nuevos, pero las reglas para impulsar al sistema económico del país permanecen en sus aspectos esenciales, menos en aquello que ya no podían continuar para nadie, porque para nadie era bueno. Detener hoy a toda costa corrupción e impunidad, para tratar de salvaguardar así la seguridad, sí son hoy nuevas reglas. El que eso beneficia más a los pobres, sin duda, porque con esas reglas del juego, la economía con la que ellos, los pobres, juegan se fortalecen y de hecho, si aceptamos todos esas reglas, todos nos veríamos favorecidos.
Pero en fin, eso es como ir a misa: cada quien reza en ella de acuerdo a lo que cree y lo que siente. ¿Será eso la biopolítica foucaultiana?
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx

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