jueves, marzo 28, 2024

ISEGORÍA: PAN: rebelión en la granja

Sergio Gómez Montero*

De cuatro en cuatro nos iremos muriendo
aquí sobre la tierra.

Somos como pinturas que se borran,
flores secas, plumajes apagados
J. E. Pacheco: “Tarde o temprano”

¿Qué está pasando con los partidos políticos –en el mundo entero, pero en particular hoy en México– que, en forma paulatina, se desvanecen, tienden a desparecer? De su militancia, poco a poco, queda nada, como lo está mostrando de una manera dramática, hoy, la caricatura que es el PRD; mientras que, por otro lado –como se desarrollará en esta nota breve–, ante la inoperancia de su dirigencia actual, la ineficacia de los gritos y pataleos de Ricardo Anaya (que se anda escondiendo en diferentes partes del mundo, huyendo de la justicia) y las locuras verborreas de Margarita Zavala, que sólo causan penas ajenas, el PAN, muy aceleradamente, pierde militantes y seguidores, a la vez que el PRI aparece hoy postrado en la arena política nacional. Es decir, con excepción del MC (que no las tiene todas consigo), la crisis asola al resto de partidos nacionales, que no han sabido qué hacer frente al complejo panorama que tienen que enfrentar desde 2018, cuando más del 50% de los votantes nacionales optaron por AMLO y su movimiento, que desde entonces hegemoniza la vida política de la Nación y cada vez más esa hegemonía se consolida y no permite que ninguna otra fuerza política pueda competir con ellos (AMLO y su 4T), por más que algunos periodistas cacaraqueen inútilmente, como Loret de Mola y algunos otros, desesperados y gritones en balde.

En ese contexto, pues, habría que analizar la crisis por la que hoy pasa el PAN, que registra una división profunda entre sus militantes, varios de los cuales (exgobernadores, exlegisladores y militantes destacados) han sido pilares fundamentales del blanquiazul y que hoy no ve ni por dónde caminar para llegar vivos al 2022, ya no se diga el 2024, pues su fuerza desfallece y no saben, precisamente, ni por dónde caminar, toda vez que hoy sus capitanes (Marko Cortés y Santiago Creel) se inclinan por tener pláticas con AMLO tratando de ver cómo se destraban los nudos que no les han permitido moverse para figurar en el Senado y en San Lázaro, en donde su presencia ha sido aplastada una y otra vez por las huestes de Monreal (en el Senado) y de Mier y Noroña (en la Cámara de Diputados), ya que de nada les han valido sus victorias pírricas en la Ciudad de México.

¿Mala o buena la tendencia que hoy marca la crisis de los partidos políticos (incluido ahí, hoy, Morena), que augura la existencia de una sola fuerza política hegemónica (la 4T), con tendencias diversas al interior de ella, que van del rosita pálido al rojo encendido, conviviendo en paz para darle vida a la acción política que hoy se despliega en México? Solo dígase que esa realidad, apabullante cada vez más, se corresponde sólo al deseo de gran parte de los pobladores del país por encontrar un camino social que sea totalmente diferente al nefasto neoliberalismo que nos tocó vivir durante cerca de cuarenta años.

Cada quien, ahora, en cuestiones de política deberá escoger por dónde caminar: por el camino de los falsos ensueños de los rosita pálido o por el áspero de la lucha a fondo contra el capitalismo (abajo y a la izquierda) que día con día, cada uno de ellos, se van a perfilar como los más viables para un futuro que plantea, cada vez con mayor claridad, la coyuntura política actual de crisis partidaria.

*Profesor jubilado de la UPN/ Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

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