Sergio Gómez Montero*
La sangre de mis más altos ancestros
corre en mí todavía
y siempre escucho
el relinchar de los corceles y el chocar de las espadas
S. Al Qassim: “Aún queda”
Nuevas guerras, nuevas batallas, pero la política permanece para tratar que nada cambie, ésa, la vieja máxima gatopardesca, se perfila como nueva estrategia del viejo grupo en el poder para seguir en él, luego de más de 89 años de permanecer controlándolo. Nada nuevo bajo el sol, pues. Aunque el control que el INE busca imponer a la red es una nueva forma de hacer política, cuyos efectos se van a ir conociendo en la medida en que los días pasen, pues no hay que olvidar que desde que el ciberespacio opera (principios de los noventa) se caracteriza por la libertad con la que nace, al margen de que poco a poco los poderes de la inteligencia militar y policiaca le fueron imponiendo limitantes (en Estados Unidos y luego por órdenes de ellos, entre otros países México) que hoy buscan incorporarse abiertamente a la legislación vigente.
Eso es hoy lo que pasa entre nosotros, que así, desde el poder, vemos cómo surgen las estrategias que delinean ya las próximas batallas, particularmente la electoral que se avecina, para conservarse así, incólume, en el puesto de mando que viene conservando desde años atrás. Lo nuevo de esta lucha es que la red, como se sabe, permite el despliegue de una serie de tácticas que, por ejemplo con Obama, fueron efectivas para llegar al poder, y hoy le permiten a Trump luchar arduamente por conservarse en él (sus famosos, por agresivos, tweets). A ese tipo de guerras es que ese cansado Rocinante que es el INE, cuyas medallas ya nadie toma en cuenta, fue mandado a la guerra, armado con la carabina de Ambrosio para tratar él de cerrarle así el paso a López Obrador, quien en la actualidad, en la etapa de precampañas que cierran el domingo, según todo tipo de encuestas ocupa un primer lugar muy destacado en la carrera presidencial de este año.
Pero no sólo eso, las limitantes que se busca imponer a la red no es la única estrategia a poner en práctica por parte de quienes buscan darle continuidad al capitalismo en México. Otra estrategia que ya se vislumbra con el mismo fin, tiene que ver con alianza que en caso extremo –de buena o mala manera– se trabaría entre el cada vez más supuesto candidato del PRI, Meade Kuribreña, y el del PAN, Ricardo Anaya, quienes unirían fuerzas en un futuro próximo para ambos, unidos, enfrentar a López Obrador y poder así, con esa medida extrema, garantizar la continuidad del sistema que tiene al país sumido en la desigualdad extrema, empobrecido, atosigado por la inseguridad y en donde la impunidad es un rasgo también de su estructura.
Hoy, en política, en el país es mucho lo que hay que cuidar en todos los bandos en lucha. Descuidar algún flanco conducirá a la derrota. Es necesario poner toda la atención en las batallas que se avecinan. Es mucho lo que está en juego y un descuido, uno solo, va a significar derrota.
No, no es con molinos de viento la batalla.
*Profesor jubilado
gomeboka@yahoo.com.mx