Sergio Gómez Montero*
un principio romántico: un parque solitario y sombrío
y un lago en las afueras, en el atardecer, en la quietud
de un caserón en ruinas
R. Appratto: “2.”
Así es él, el Peje. Esa es su forma de hacer las cosas por más explosivas que se presenten: de una manera tibia, sin grandes aspavientos, dejando que el viento sople sin que se incendie la pradera. Aunque, aún puede suceder. Sí, la pradera puede arder, pues eso es lo que buscan que suceda antes del 6 de junio próximo todos aquellos que, luego de julio del 18 se conocieron los resultados electores: apostarle al golpe blando y suave que en otros países ha funcionado. Esa ha sido desde entonces su obsesión. No cejan en su empeño de convocarlo y de crear las condiciones para que ello suceda: desde los montajes mediáticos, hasta las campañas sucias que todos los días, por la red, pululan. Nada nuevo bajo el sol, pues.
Aunque nuevo sí es hoy, el reparto burdo de candidaturas que nadie entiende: desde Lupita Jones (PRI, PAN, PRD) en Baja California, hasta Jorge Constantino Kanter (Morena) en Chiapas o Mauricio Toledo (PT) en Morelos, por poner sólo los casos que considero emblemáticos, pero que se reproducen inacabables a lo largo y ancho de todo el país y que hablan de la pena que causan hoy no sólo las autoridades electorales, sino junto con ellas las organizaciones partidarias de todos los colores y que hablan del bajo nivel que registra hoy la actividad política en el país.
Lo anterior conduce a preguntar si no es tiempo ya de tratar de que dicha actividad registre otros niveles de calidad a fin de que el accionar, así, de los agrupamientos poblacionales (en particular el de los jóvenes) se exprese con mayor rigor y vigor clasistas y ello contribuya a elevar el debate de ideas y discursos clasistas, que hoy, lamentablemente, andan por los suelos, como lo demuestran los desfiguros de Ricardo Anaya por la red.
Mientras no exista el rigor clasista mencionado, la política en México (dominada por el tlatoani en curso) seguirá siendo un juego de diferentes dimensiones (hoy burdamente mercantilizado), que sólo tenderá a causar risa entre los votantes potenciales, quienes sentirán, antes de la fecha señalada para votar (6 de junio próximo), que no tiene sentido hacerlo, si eso, el votar, es sólo una telecomedia escenificada indistintamente por los señores y señoras Vicente Fernández, Paquita la del Barrio o Lupita Jones, lo cual le hace a uno augurar que, como en todas elecciones intermedias, el número de votantes será muy bajo (muy favorable a Morena, por el arrastre que tiene aún AMLO), lo que, con tristeza va a registrar la nula conciencia política existente entre la población que vota, lo que mantiene en la cuerda floja los muy escasos adelantos de la 4T en lo que se refiere a consolidar un verdadero freno al desarrollo del capitalismo, dado que éste (como Forbes lo escribe para este año: los mismos ricos, sus mismas ganancias, asesores del Presidente: Slim y Salinas) se mantiene casi sin matices (una lucha contra la corrupción que no ha dado frutos).
Es decir, que lo suave y lo terso de lo hecho (lucha contra la corrupción y la impunidad) en economía, al operar en política también suena a burdo y engañoso.
Es decir que los años por venir, larga lucha queda aún por delante.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx