lunes, abril 15, 2024

ISEGORÍA: Los difíciles días de hoy

Sergio Gómez Montero*

Dicen que no están muertos
-escúchalos, escucha-
mientras se alza la voz

C. Maia: “Por detrás de mi voz”

Caminando, en apariencia incansables, en el filo de la navaja, los gobernantes de la 4T continúan sonriéndole a la muerte, jugándole a las vencidas, sin entender, quienes vemos desde fuera esa contienda, por qué no se toman
en cuenta los peligros que amenazan a la transición que se está dando en nuestro país y que ellos encabezan desde el gobierno. ¿Por qué no queremos entender lo que es un “golpe blando”, cuáles son sus etapas, quiénes las instrumentan y cuáles son sus finalidades? No es fácil, para uno como periodista, asumir la frialdad con que se asumen esos riesgos para la estabilidad de la Nación desde el gobierno, sin modificar, hasta hoy, la estrategia para moderarlos y contrarrestarlos, toda vez que se tienen los instrumentos para hacerlo.

¿Qué es lo que la experiencia nos enseña al respecto? Desde la campaña de medios, el saboteo de las actividades económicas, hasta las declaraciones beligerantes de miembros derechistas y conservadores de policía y ejército (gracias al dominio que se logró de las cámaras se han evitado acciones de sabotaje desde allí), todos esos pasos ya se han dado en México en el afán de la derecha por sabotear las acciones de la 4T que buscan modificar paulatinamente la existencia de un país echado a perder por la corrupción, la impunidad y la polarización del ingreso. Frente a esas presiones que no cesan y que paulatinamente se incrementan es obvio que el gobierno comete errores graves (Culiacán) y leves (generalizaciones sin sentido) que rápidamente son aprovechadas por los enemigos de la 4T para, con los medios, echarle el carro encima, sobre todo, a quien asume unipersonalmente las responsabilidades todas las mañanas. Todo lo anterior, pues, dice la experiencia (Brasil, Argentina, Venezuela, Nicaragua, Ecuador) conforma paulatinamente lo que la CIA instrumenta con fines de derrocamiento en contra de gobiernos populares y que se conoce como “golpe blando”, que no es otra cosa que una campaña masiva e intensiva para minar las bases de sustentación de esos gobiernos, sin que éstos tengan, muchas veces, los recursos suficientes como para contrarrestar esas campañas.

Y es que contrarrestar no es fácil, sobre todo si se toma en cuenta, como escribe Marta Philp en su texto “Pasado y presente del oficio de historiador: vínculos entre la historia, la política y la memoria” lo siguiente: “En la época actual diferentes actores políticos y sociales hacen uso del pasado para legitimar su lugar en el presente. Reclaman su derecho a la historia, a formar parte de ella, a elegir una de las tantas interpretaciones del pasado. El reclamo a pertenecer es posible porque vivimos en democracia”. Es decir, vivir en democracia se presta a muchas ficciones. Entre otras a interpretar al pasado como más nos conviene y a utilizar eso como argumento para atacar (sabotear) con todo a nuestros enemigos.

Un año es mucho tiempo. Eso requiere AMLO para consolidar a la 4T. ¿Será tiempo suficiente para contrarrestar el “golpe blando” que desde tiempo atrás se viene instrumentando en contra de su gobierno? ¿Con lo que hoy se hace será suficiente para contrarrestar esa acción malévola?

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

Artículos relacionados