sábado, abril 20, 2024

ISEGORÍA: Las treguas imposibles

Sergio Gómez Montero*

Otra vez soledad entre ladrillos.
Otra vez colchón roto sin almohada.
Otra vez griterío en el pasillo
Guerrero: “Desde el Hueco”

Nunca lo había pensado tan a detalle sino hasta ayer: ¿es posible la treagua? Digo, la tregua en términos de política, ¿es posible? No, desde luego que no, por razones múltiples. Entre otras, muy sensible, porque la lucha de clases nunca cesa y eso, desde muchísimos años atrás está allí vigente y es lo que finalmente, querámoslo o no, rige la vida social diaria. Pero, decía, la duda surgió apenas antier, cuando AMLO propuso a sus contrincantes que, ante el incremento de sus ataques ciberespaciales, particularmente a través de las redes, y más aún de twitter, le bajaran dos rayitas y se estableciera una tregua para tener más tranquilidad a fin de poder atender los amagos de la pandemia que .nos agobia (a mí, por ejemplo: 74 años ya, diabético, discapacitado por amputación de ambas piernas y otras monerías por el estilo) y que debiera inducirnos a la unidad particularmente en momentos de crisis tan agudos, en que las diferencias ideológicas debieran quedar atrás para darle prioridad a las cuestiones sociales que implica el salir adelante de crisis de salud tan agudas. ¿Pedirle peras al olmo? Sí, puede ser, pues los enemigos de clase no van a dejar ningún hueco sin cubrir ni ningún momento sin atacar (la experiencia lo ha demostrado) cuando se trata de defender como sea sus intereses espurios, como lo están tratando hoy de hacer, con muy malas artes en Cuba, Venezuela, Argentina y, desde luego, México.

Hay, sin duda, personajes específicos que se dedican a ello (como ya lo admitió el señor Calderón), pero hay una inmensa mayoría (hasta robots, válgame Dios) que desde la oscuridad de sus trincheras tiran obuses de tofo tipo en contra de aquellos que ellos consideran sus enemigos, y que no son otros que sus enemigos de clase, quienes, con las guerras sucias que emprenden por la redes no les cuesta nada ensuciar las mentes débiles de los miembros de la pequeña burguesía, para hacerles creer que todo lo malo que sucede en el mundo –sin llevar a cabo un mínimo análisis de congruencia– se debe a las acciones que empren los gobiernos antineoliberales, que por una u otra vía, ocupan hoy el poder en sus territorios nacionales.

No es fácil, pues, escribir o hablar de tregua y política mientras exista guerra de clases. Pensar que los enemigos de la clase obrera van a respetar cualquier tipo de tregua es de una ingenuidad tremenda. Más vale estar preparado, siempre, para actuar cotidianamente teniendo presente que siempre se va a tener en contra el hostigamiento de los enemigos de clase: para ellos “tregua” es una palabra que no existe en su diccionario.
Antes que pronto, eso va a quedar demostrado.

*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx

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