viernes, marzo 29, 2024

ISEGORÍA: Las sociedades diversas

Sergio Gómez Montero*
La palabra en armas
su porfiada vehemencia
su penetrante ardor
R. Vela: “La palabra en armas”

En memoria de Ceci Bórquez, tenaz luchadora;
mis condolencias para Carlos Coronado Ortega, que le sea leve

Todo se vale. Todos pueden expresar con libertad absoluta sus ideas, así vayan
–sin deberla ni temerla– en contra de los tres iconos nacionales: el Presidente, la Virgen de Guadalupe y el ejército; particularmente en contra del primero, hoy, cuando lo traen de arriba para abajo y él aguanta, hasta ahora, sin chistar. Esa expresión múltiple de opiniones y puntos de vista –Claudio X. González, el mayor, gastándose su dinerito en un spot de muy buena factura pero con una bajeza de mensaje– ha permitido dar a conocer la composición diversa de nuestra sociedad, que estaba relativamente oculta los años pasados –más de dos años atrás–, no porque no existiera sino porque, los pobres, que somos (lo soy porque siempre me he sentido de su lado) más de la mitad del país, nuestra voz no era voz pública, era una voz soterrada, casi oculta (como una lengua indígena en proceso de extinción) que sólo ocasionalmente podía dar a conocer sus ideas. Por eso, hoy que esa voz de los pobres está presente, los dueños de la otra voz –la de los ricos, que era la única que antes se escuchaba– se encabritan, se rebelan y por eso insultan y agreden como hoy lo hace el ricachón mencionado, porque siente que su reino de papel se tambalea ineludiblemente.

En esas estamos, pues, conociéndonos ahora sin caretas. Sabiendo cada quién a qué le tira, qué le duele, qué tanto extraña el pasado de injusticias en que vivíamos. Comienza pues a verse, con absoluta claridad, el México diverso que somos y qué nos duele a cada quien según el grito que pegamos no cada 15 de septiembre, sino cotidianamente, según se dan a conocer las noticias sobre qué es lo más relevante que está pasando en el país. Ahora que todos tenemos, relativamente, oportunidad de expresarnos, ojalá y ello nos sirva para conocernos más a fondo y para saber cuáles son nuestros campos y hacia dónde debemos dirigir nuestros obuses, al margen de que, los ricos, siguen teniendo de su lado a sus intelectuales orgánicos (la pequeña burguesía ilustrada) y sobre todo manejan los millones de pesos, robados la gran mayoría a la Nación a través de la corrupción (Claudio X. González y Denise Maerker, quien impunemente miente, en un video, sobre el sistema de salud del país y sobre la templanza y entereza del personal médico que está virtualmente poniendo todo su empeño para atender a los enfermos que tienen que atender) y que son hoy quienes no se miden a la hora de expresar sus ideas. De que la lucha existe, ni dudarlo.
Pero, como en toda lucha (o en toda guerra) se expresan diferencias. Y ellas, hoy, se centran en cuestiones de estrategia. En cómo conducir la lucha: si con suavidad o intensificando, por ejemplo, la artillería pesada (desintegrar al INE, imponer impuestos más onerosos a quienes más han acumulado, etc.) Sin duda, en un régimen de transición como éste, ese tipo de decisiones es muy difícil adoptarlas. Mas los tiempos no están para dudar. Equivocarse aquí, puede ser fatal.

Aunque, de seguro, nos vamos a pasar un 15 de septiembre a todas madres… Creo y espero, a pesar de los fuegos fatuos de la oposición.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

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