lunes, diciembre 9, 2024

ISEGORÍA: Las leyes del mercado capitalista, ¿nuestras leyes

Sergio Gómez Montero*

Credo en la Libertad, Madre de América
creadora de mares dulces en la tierra,
y en Bolívar, su hijo, Señor Nuestro

M. A. Asturias: “Credo”

Antes de escribir esta nota leí el texto de Marcelo Starcenbaum, de la Universidad de La Plata, en Argentina, titulado “Marx y América Latina: lógicas del desencuentro en José Aricó, Bolívar Echeverría y René Zavaleta Mercado”, en el cual, al inicio, su autor nos recuerda las relaciones difíciles que desde el XIX Marx y Engels tuvieron con nuestros países latinoamericanos al abordar en sus textos, entre otros, a Simón Bolívar y dado el componente eurocéntrico del marxismo y que hoy, particularmente Boaventura dos Santos critica acremente. Pero, ¿cómo, si no con el marxismo, entender hoy las leyes del mercado capitalista que, al operar, tienen virtualmente sometidos a nuestros países? ¿Cómo entender que hoy el mundo camina en el filo de la navaja debido, a lo ya expresado: las crisis por las que atraviesan los mercados del dinero de las principales economías del mundo, empeñadas en arrastrar en esa debacle al resto de economías mundiales? ¿Hay oportunidad de evitarlo?

Es decir, ¿qué hacer, cuando la economía alemana está cerca de la recesión y la población de ese país, un día sí y el otro también, sufre los embates de gastos que desde años atrás no sufrían, como hoy en Estados Unidos todo comienza a costar más caro y de ahí, por ejemplo, que las fronteras de ese país se hayan abierto para el jitomate mexicano, que sin duda es más barato que el estadounidense? Y así, varios pueden ser hoy los ejemplos que nos ilustren la existencia de fenómenos económicos que hasta hace poco no se registraban y que ayudan también a explicarnos las diferencias de criterio entre el Presidente de la República y el gobernador del Banco de México sobre el manejo de la economía del país. Mientras para el primero, ahí la llevamos, para el segundo el manejo de esa economía se debe de tornar más rígido para evitar problemas de descontrol. La lógica de ambos, así, nunca coincide, como no coincide tampoco nunca la lógica del capital con la lógica de un gobierno que busca oponerse, para bien de los sectores más amplios de la población, con las tendencias neoliberales que hasta recientemente dominaron la economía del país.

Mas el problema es otro; el problema se centra en el hecho de saber hasta dónde ambas lógicas son contrarias, pues oponerse al neoliberalismo no garantiza que, con eso, va a nacer una nueva economía que llevará a los sectores más depauperados de la población a encontrar nuevos caminos de bienestar, negados por el saqueo de la riqueza nacional que no se recupera, la riqueza del narcotráfico que se evapora o la deuda externa que nos mantiene continuamente atados a la lógica del mercado capitalista.

En síntesis, esas son las premisas básicas de la lógica capitalista.

Actuar bajo otra lógica es urgente y necesario si se quiere escapar a los problemas que hoy parecieran agobiar y someter a una crisis profunda a los mercados capitalistas. Y dos son las tendencias prevalecientes al respecto al interior del gobierno actual del país. Una, aguantar los ramalazos de la economía capitalista (Banco de México). Otra, buscar nuevos aliados, no vinculados al capitalismo, que abran nuevos panoramas a la economía del país (¿quiénes?, dicen que no se vale decir su nombre).

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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