lunes, mayo 13, 2024

ISEGORÍA: La miseria de los partidos políticos

Sergio Gómez Montero*

Sólo sé lo que no aprendí:
el viento que sopla
la lluvia que cae
y el amor

L. Ivo: “Ser y Saber”

 

La política se puede aprender yendo a la universidad, pero sobre todo practicándola, la cual es una tarea ardua y difícil, pues ello implica militar en un partido político y comulgar allí con los rituales que conllevan prácticas por lo común inmorales y amorales, que dentro de las prácticas burguesas quedan impunes, sin castigo, y que hoy, en el ámbito del gobierno lopezobradorista, pareciera ser igual: las prácticas partidarias se siguen dando con gran maldad y se realizan con gran impunidad.

No puede uno, que intenta escribir con la verdad, como los griegos exigían a quienes hablaban en la plaza pública, quedarse callado frente a ello en un tiempo que supuestamente anuncia cambio social, ya que el cambio social implica que quien lo asume como suyo impulsa un movimiento social que busca cambiar de raíz las acciones que llevaba a cabo malévolamente el grupo social al cual quienes no soportaban las acciones malévolas de ese grupo impulsaban su desplazamiento Es decir, el cambio es desplazamiento y cambio de prácticas, incluyendo las prácticas políticas.

Si no hay nuevas prácticas políticas, en política nada nuevo habrá.

Por ejemplo, ¿qué fue lo que pasó en el 17 (y pongo lo que entonces sucedió, porque hoy pareciera estar pasando lo mismo), a la hora en que en el Congreso Constituyente fueron desapareciendo del panorama político las corrientes anarcosindicalistas y el Congreso fue dominado finalmente por las corrientes conservadoras de los sonorenses cuyos intereses eran claramente burgueses y que finalmente dominaron todo el desarrollo posterior revolucionario. ¿No acaso lo mismo está sucediendo hoy dentro del grupo de López Obrador, en donde dominan quienes pregonan por ir tranquilamente en lo económico y no quieren alborotar el ambiente político, dejando de lado a quienes asumen como urgente proteger los intereses de quienes votaron masivamente por quien ganó las elecciones, López Obrador, y no, una táctica que pareciera estar agotando así el capital político del tabasqueño, a quien le hubiera convenido aprovechar esta breve transición para dejar morir en paz al gobierno de EPN, mientras él preparaba tranquilamente lo que iba a ser su nuevo gobierno, que implicaba un nuevo movimiento social en el país?

Uno no está para dar consejos a nadie. Sólo vislumbra el sentido de la realidad que se delinea frente a él y que tiende a ser conflictiva más de una vez. Nadie, por ejemplo, creo que asumimos como tranquilo el panorama en el cual le iba a tocar a López Obrador gobernar. Todo lo contrario. Por eso hoy, cuando se asoman las primeras tormentas, lo menos que uno puede hacer es gritar: “Aguas, lluvia”.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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