viernes, abril 19, 2024

ISEGORÍA: ¿Hacia dónde va la 4T?

Sergio Gómez Montero*
En memoria del gran Toño Helguera, caricaturista genial
Salgo a la calle con el ángel.
Como una cadena enrollada en la mano.
Blanqueada por la cal de los muros
L. M. Baros: “Salgo a la calle con el ángel”

Es tiempo de meditar en el transcurrir del tiempo y de los cambios que se han generado desde que él, políticamente hablando, se desarrolló en marcos diferentes a los que, los últimos 39 años antes, se había desarrollado, tratando de establecer –los tiempos nuevos-las bases de nuevas etapas y esquemas de conducir al país. En ese ajuste de cuentas con el pasado inmediato anterior, no todos han quedado satisfechos (en particular las clases medias urbanas, sobre todo en la ciudad de México), porque sienten que sus expectativas no se han visto satisfechas y por eso se mantienen sin cumplir con el gobierno actual y no saben para cuándo podrán ser satisfechas. Por eso hoy, tercas, exigen se les dé cumplimiento a sus deseos.
Es obvio, hoy, que esas clases medias, ni sus expectativas, fueron nunca prioridad para el gobierno actual ni creo lo van a ser, tampoco, los años que restan por gobernar. Para la 4T su preocupación, para bien, está centrada en recuperar para la Nación, representada por el Estado, el uso y manejo de los recursos energéticos y naturales que le permitan a toda la población del país tener mejores condiciones de vida, porque, dada la polarización de la riqueza existente hasta la actualidad, sólo un número minoritario de esa población (el uno, máximo el dos por ciento de esa población) se ha visto favorecido con el el uso y explotación de la riqueza (en particular del trabajo). De allí pues la pertinencia y viabilidad del proyecto actual de la 4T, que busca una mejor distribución de la riqueza, entre otras cosas.
Que ese proyecto, en efecto, en ocasiones no puede recorrer los viejos caminos de la democracia burguesa, es cierto. El, el proyecto mencionado, si bien no ha roto radicalmente con la burocracia burguesa, porque así se lo exige la transición por la que se encuentra transitando, si ha, en la medida de lo posible, logrado que los muy amplios sectores de población que están de acuerdo con el nuevo proyecto modifiquen, en la práctica, las formas de participar políticamente –con las consultas populares o referendos–, que pueden ser en sus etapas iniciales no tan efectivas como uno quisiera, pero que ya marcan un nuevo derrotero diferente a los trillados de la democracia burguesa: las elecciones siempre amañadas y fraudulentas. López Obrador lo sabe bien, pues de tres veces que ganó electoralmente, en dos de esas elecciones le hicieron fraude y le negaron el triunfo.
Puede ser, en efecto, que en sus etapas iniciales, tal nueva forma de participación política –saboteada, carente de recursos hoy para promocionarse– no dé los resultados deseados; pero será, sin duda, en el futuro inmediato, una de las formas de participación política más común, pues ella conlleva una democracia mucho más directa y por ello mismo más popular y verdadera. El que los políticos tradicionales como José Woldenberg se opongan a tal forma de participación es un buen signo, pues significa que se está transitando por el camino correcto.
Habrá, pues, quienes por desinterés o indolencia dejen pasar la oportunidad. Pero miles habrá que la harán suya y con ellos será, precisamente, que así se irá construyendo la nueva patria y la nueva democracia. No hay por qué desesperar. Jóvenes y viejos seguiremos caminando con la 4T.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

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